viernes, 9 de diciembre de 2005

Breviario:
Sabina no puede seguir graznando

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Celestina Tenerías

Todo cantautor tiene su fecha de caducidad. Máxime cuando nunca ha sido la voz su principal sustento de garantía. Si esa voz, además, en lugar de atenciones ha recibido todo el humo que Joaquín Sabina ha ingerido como fumador impenitente, no ha de sorprender que ayer se quedara vacío de trino en el teatro Jovellanos de Gijón. No puedo seguir graznando, dijo don Joaquín a la audiencia en un derroche de sinceridad que le honra. Con suerte, el recital por tres días que tenía previsto en la ciudad asturiana no se suspenderá, pero el cantautor debería reparar en el percance para no correr más suspensos o interruptus. Tras la grave quiebra de salud experimentada hace unos años, Sabina no tiene fuelle sonoro para someterse a recitales en directo. Puede que los artificios de las grabaciones le permitan entonar y hacerse oír con una cierta prestancia, pero cuando los medios escritos y audiovisuales pregonaron a todo bombo el disco de su reaparición, quienes valoramos su trabajo comprobamos con pesar que ese Sabina ya no tenía aliento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La gira de Sabina, como las de Víctor Manuel y otros viejos roqueros son para hacer bolsa, les da igual que su voz dé pena, para esos están los amiguetes progres de la crítica.

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