miércoles, 2 de noviembre de 2005

Hoy puede ser un gran día

Félix Población

Frente a la destemplanza catastrofista sembrada por el Partido Popular y sus socios mediáticos, los españoles en general deberían acoger la jornada de hoy con alentadoras expectativas. No sólo porque es la actitud histórica más acomodada al progreso de los pueblos, sino porque, por encima de las discrepancias que van a darse a lo largo del debate sobre el nuevo Estatut de Cataluña, debemos estar convencidos de que el texto resultante va a contribuir a una mejora substancial para Cataluña y el conjunto del Estado.

A lo largo de las pasadas semanas hemos asistido a una creciente y aumentativa elevación del volumen de ruido con que el PP ha tratado de apagar el derecho de los catalanes a dotarse de un documento regulador de su autogobierno. Lo que ha salido de Cataluña es el fruto de la representación ciudadana, un proyecto de ley de redacción un tanto abstrusa en el que los partidos firmantes han estipulado un máximo de atribuciones sobre cuya resolución final, tras su discusión en el Parlamento de España, estoy convencido de que hasta el señor Carod espera y aceptará recortes asumibles.

Entre las tres formaciones políticas que han llevado adelante el proyecto de Estatut se tiene el convencimiento -fundamental para su más provechoso porvenir- de que sólo con el señor Rodríguez Zapatero en la presidencia del gobierno de España es posible el paso que ahora se ha dado. Conscientes de ello, quienes son sin duda los más resistentes defensores del texto, Esquerra Republicana, deberán corregir maximalismos extremos a la hora de entrar en harina.

El seny ha de primar sobre las ínfulas demagógicas y los alardes electoralistas con que ERC se desmanda en ocasiones para contentar al sector más activo y asambleario de su militancia. Es seguro que Esquerra reconsidera muy en serio que, desde la oposición al actual gobierno de España, se espera el fracaso del Estatut como un triunfo de la ruidosa propaganda enredadora esgrimida por el Partido Popular. A fin de cuentas, sólo el PP sería el beneficiario de que el proyecto se frustrase.

Por eso, y por lo que cabe esperar de la inteligencia, madurez, ánimo de concordia y compromiso solidario de los intervinientes, el de hoy puede ser un gran día para iniciar el debate hacia un acuerdo en paz con el sentir y pensar de toda la ciudadanía.

Datos al Día: Clima de opinión en los partidos políticos, aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una España puede quedar aparte de ese pacto y eso puede ser preocupante pero no grave, quizá porque el PP representa sólo a lo más extremo de esa España y acaso la otra se icorpore pronto a otro proyecto político de centro derecha.

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