Melibea del Huerto
También ha sido coincidencia. Justo el mismo día en que doña Letizia Ortiz de Borbón era ingresada en un clínica madrileña por efecto de las contracciones, sin que la cosa fuera a más, se había hecho balance en los medios de sus faltas, y la que suscribe había anotado: Ahora que está previsto el anuncio por su propia y radiofónica voz del sexo del heredero o heredera de la Corona -mantengo que será niña y puede que acompañada-, doña Leticia Ortiz es blanco de la peor prensa. Una servidora ya sostuvo en su día que la pura y dura envidia del gremio es así de biliosa, pero al día de hoy los del oficio han acerado su vil proceder con calificaciones que van de ignorante a descortés y maleducada. Se cuenta que la Princesa de Asturias, aparte de ser una respondona capaz de saltarse todos los protocolos -en ese sentido la califico de contestataria-, cada vez goza de menor simpatía por parte de don Juan Carlos, apenas se habla con sus cuñadas las infantas y el pasado verano impuso a su esposo una evasión a la verde Asturias desde Palma de Mallorca por añoranza de su tierra y rechazo a la residencia estival de sus suegros. Personalmente, y aunque soy republicana, yo no me creo estas filfas. Mantengo que don Felipe ha ganado mucho con su esposa -sobre todo en entonación y aplomo público- y que por mucho que se empeñen lo ex cronistas coronados y fielmente peñazos, al día de hoy, la pareja se lo monta muy a gusto. Otra cosa es que el rey, la reina o ambos apetecieran más noble cuna para su vástago.
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