Celestina Tenerías
La reiterativa incidencia de los Medios en dar noticia de la resistencia de los colonos israelíes a abandonar Gaza, territorio de conquista ocupado durante la guerra de 1967, trata de inculcar en la opinión pública la idea de tolerancia con que Sharon acata una hoja de ruta en pro de la paz y el entendimiento. Tan es así -podría pensarse a la vista de las imágenes, con los soldados judíos arrancando a sus compatriotas de los asentamientos- que ahora sólo hace falta que el extremismo palestino sea desalojado por su Autoridad Nacional de sus postulados violentos. Pero de lo que ocurre en aquellos santos lugares triturados por el odio más vale tener otras versiones, anotadas en directo, como la que nos ofrece en La Insignia una reportera comprometida de corazón con su oficio y la búsqueda desinteresada de la paz. La crónica de María C. Moreno no tiene desperdicio:
Israel continúa planificando nuevos asentamientos en Cisjordania, construyendo el muro, traspasando población a los territorios ocupados y hablando de los colonos que acuden en ayuda de sus compatriotas desalojados de Gaza. Pero si la paz no es posible, pretenden contarnos que se debe únicamente a la negativa de Hamas y la Yihad Islámica a aplicar el alto al fuego a pesar de la desconexión de Gaza, una auténtica cortina de humo.
Nada dicen los periódicos de nosotros, unas cien personas de todo el mundo que se manifiestan cada viernes en Bilin con la simple utopía de una paz justa, la paz más justa que puede existir. La que palestinos e israelíes pueden decidir entre ellos, cara a cara, como hacen antes de cada manifestación los activistas con los que convivo este verano, esa paz en la que el árabe y el hebreo se mezclan en los oídos de los internacionales, ajenos al significado de unas palabras que pese a resultar indescifrables para nosotros, sabemos que representan el futuro.
4 comentarios:
Excelente profesional esa cronista. Conservaré su artículo en mi agenda de periodistas con dignidad. La nómina es muy corta y no debo extraviar ni uno. Gracias por la referencia. Un saludo cordial.
Los llantos y resitencia de los colonos colonialistas, usurpadores de un territorio conquistado por la guerra a sus vecinos más pobres y legítimos propietarios, me temo que va a traer como consecuencia una colonización en Cisjordania mucho más severa.
Temo que el entendimiento no va a ser posible por el grado de odio existente entre las dos comunidades.
Tengo entendido que el número de colonos en Cisjordania es de 400.000. Por lo que desalojar a los 8.000 de Gaza (la antigua tierra de los filisteos, enemigos permanentes de los judíos)es casi nada, si se desea la paz. Aparcar el problema, echarle una cortina de humo, en este caso es preparar futuros y graves conflictos.
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