miércoles, 17 de agosto de 2005

Este Zaplana es tonto o qué

Lazarillo

Que lo que acaba de suceder en Afganistán era un riesgo de los más previsibles lo suponía todo el mundo. Un ejército de ocupación en un país que se resiste a ser ocupado puede tener bajas. Poco importa que éstas se deban a un accidente o al ataque de la insurgencia talibán. Las tropas españolas han incrementado ayer el número de militares muertos como consecuencia de un conflicto en el que nuestra presencia está de más. Sobre todo si -como se desprende de la última incorporación de más soldados- esa presencia tiende a contrarrestar la animadversión de la Casa Blanca por la retirada de Irak.

Ante el lamentable suceso de ayer, que obligó a nuestro presidente a interrumpir sus vacaciones con diligente responsabilidad, el señor Zaplana ha vuelto a demostrar sus precarias dotes para la política a expensas de su obcecado proceder como cerril opositor. Don Eduardo, ignorando la naturaleza del siniestro, no piensa hacer responsable al gobierno y a su presidente del mismo, ni utilizará las artes que hayan podido utilizar otros al respecto.

Las declaraciones del señor Zaplana pecan doblemente de improcedencia. No es en modo alguno comparable la tragedia del Yakolev 45, estrellado en tierras turcas con 62 militares españoles a bordo, con el reciente percance del helicóptero sobre suelo afgano. Aquélla se debió a la contratación de un medio de transporte abocado a la chatarra y con una tripulación de alquiler agotada por el destajo. El accidente se saldó a posteriori con un absoluto menosprecio a la identificación de las víctimas, cuya memoria más le valiera al Partido Popular dejar en paz.

La otra improcedencia se deriva de las propias y torpes declaraciones de don Eduardo. Si su partido no piensa responsabilizar al gobierno ni a su presidente, como es de lógica reflexión y actuación en un hecho como el que nos ocupa, ¿a qué vienen esas alusiones? ¿Es que no caben más luces en la cabecita del señor Zaplana ante una desgracia como la vivida? ¿Y delicadeza? ¿Le queda a don Eduardo un mínimo de delicadeza para limitarse a exponer su condolencia a las familias, amigos y compañeros de los fallecidos?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto: ¿nadie le pide cuentas a Zaplana por estas patochadas?

Anónimo dijo...

¿Delicadeza? Eso no se da en política.

Anónimo dijo...

El tonto eres tú que te retratas con tu comentario. Lee lo siguiente:
http://www.abc.es/opinion/index.asp?ff=20050821&idn=61335193868

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