jueves, 30 de junio de 2005
El grito espasmódico de las tenistas
Félix Población
María Sharapova es una excelente y bella tenista a la que le gusta musicar sus golpes. No es la primera que se caracteriza por su pertinaz monodia interjectiva. Antes que ella, Mónica Seles adquirió sonada y reconocible audiencia por sus gritos. Tan es así que hubo alguna adversaria que protestó ante los jueces y éstos acallaron a la yugoslava. Gracias a eso quizá, Steffi Graf la derrotó en Wimbledon en 1992.
Precisamente en Wimbledon acaba de batir María Sharapova su propio record en decibelios. Ha rebasado los cien (101,2), por encima de los 93,2 de la Seles. El sonido equivalente de ese alto vagido sería el de una sirena de policía a corta distancia. Tal volumen extraña en un deporte que requiere la máxima concentración en los practicantes y un silencio absoluto entre los espectadores.
Es ese silencio de la expectación el que resalta aún más la identidad e intensidad del grito. Parece, con todo, que esa locuacidad espasmódica ya no incomoda a las rivales y que incluso hay entrenadoras que la fomentan entre sus chicas. Según Sharapova constituye una liberación natural de energía. Hay quienes aseguran que eso palía la tensión del cuerpo.
A la muy reconocida tenista Serena Williams se le invitó recientemente a un programa de la televisión británica con el específico fin de asistir a la escucha de sus gritos, cuantificados en 90 decibelios. Hay quien piensa que esa exhibición sonora, privada de imágenes o adaptada aviesamente a otras de más íntimo contenido, podría conformar una grabación magnetofónica o videográfica de eróticas resonancias.
Personalmente, desde que las tenistas hacen deporte oralmente, a mi afición por la raqueta le he sumado la que de siempre tuve por el canto. Tiene una música muy interior esa frenética monodia de vagidos.
6 comentarios:
La carga erótica del bramido es tan evidente que no necesita de más comentarios. Pero que esté sirviendo también para "hacer afición" sí que me ha sorprendido.
Pues espera a oir el último grito: ya está disponible el gemido como "melodía" para móvil, según informa newsru.com. "Ahora que me grita María, no pierdo ni una sola llamada", "Instalé sus gemidos para la función de despertador, y ahora me resucita de mis sueños eróticos con ella como un chapuzón de agua fresca", "Con esos gritos, me sorprende cómo no revientan las pelotas", afirman los extasiados usuarios. Vale la pena releerlos en versión original en thevoiceofreason.com
Algunas han de reventar, a fe.
Torpe grabación. El grito reiterativo pierde valor semántico al faltarle el respeto a la pausa que media entre bola y bola.
Falta el sonido del silencio.
Muy buen el post, Félix.
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