Melibea del Huerto
Para nadie es un secreto que las relaciones entre el alcalde de Madrid y la presidenta de esa Comunidad dejaron de ser fluidas desde que pelearon por la conquista de liderazgo en el PP regional. El discurso crítico de Ruiz Gallardón en el congreso de su partido le valió un preventivo distanciamiento que le ha permitido una cierta independencia de gestión al frente de su cargo.
Esa actitud, llevada con discreción y sin intemperancias, no ha favorecido precisamente la avenencia. Se pudo comprobar el pasado 2 de mayo en la obligada y reglamentaria foto de familia con motivo del Día de la Comunidad. Hasta hubieron de advertirle los reporteros al señor alcalde que el requisito era forzoso ante la predisposición de don Alberto de obviarlo por forzado.
Las razones de la destemplanza estaban muy frescas. El día anterior, el segundo de don Esperanza, don Ignacio González, arremetió contra don Alberto con inusitada acritud. Le acusó de dejarse utilizar por el gobierno de la nación con la malsana intención de dividir al Partido Popular y aislar a la Comunidad. Todo porque el señor Ruiz Gallardón tuvo reuniones dialogantes y constructivas con varios miembros del gobierno central y compartió una cena con los sindicatos antes de la manifestación del 21 de abril con motivo del conflicto del hospital de Leganés.
No parecen motivos muy fundados para exponer públicamente unas imputaciones de tan grueso calibre, más que nada porque en ambos casos el comportamiento de Ruiz Gallardón casa con los deberes y responsabilidades de su cargo al frente de la capital del reino. También con su talante de persona equilibrada y tolerante como parece quiso evidenciar a modo de réplica en la Campaña del Libro Solidario.
Don Alberto llevó al recinto, ubicado en la Plaza Mayor madrileña, “Castellio contra Calvino”, la magnífica obra de Stefan Zweig donde se celebran las cualidades del humanismo frente al fanatismo, de la conciencia frente a la violencia. El mismo en el que se apuesta por la libertad de la conciencia contra la imposición de las creencias y donde quedó escrito que matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre.
2 comentarios:
Ya hay apuestas sobre lo que durará Ruiz Gallardón en el PP. Yo apuesto porque no se presentará a las próximas municipales y anunciará la formación de un nuevo partido para concurrir en las próximas generales.
No, no creo que el Partido Popular se venga abajo por Gallardón, me parece una persona bastante leal para ser político, mientras que Esperanza Aguirre tiene mucho en juego para buscarse la ruina por una disputa local. Si no hay una debacle en Galicia, que no la habrá, el PP seguirá adelante sin quiebras. El poder también une en la oposición y con un gobierno que depende mucho de sus socios, el PP no se va a buscar problemas internos, aunque los tenga.
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