miércoles, 4 de mayo de 2005

Excepto Batasuna o excepto Ibarreche

Félix Población

El fibroso lehendakari en funciones acaba de reunirse con Batasuna. El presidente en funciones de todos los vascos y vascas dedica a un partido político ilegal más tiempo y probablemente más comprensión que al resto de formaciones legal y legítimamente votadas por los ciudadanos. La audiencia no sorprende pero indigna. El diálogo con quienes jamás han rechazado la violencia y hasta la han fomentado durante lustros no causa sorpresa pero exaspera a la conciencia de todo bien nacido.

Apelar al imperativo de la paz para justificarlo es de una insolencia inadmisible. Llenarse la boca con tan precioso y preciado concepto, como expresó el portavoz de los batasunos a la salida de Ajuria Enea, es de una desfachatez suprema. ¿Cómo que estamos ante una oportunidad de oro? ¿Qué quiere decir eso? Probablemente, y entre otras cosas, que el acuerdo previsible entre nacionalistas y abertzales debe aprovechar la debilidad del Partido Socialista en el gobierno central y las desavenencias entre el PSOE y el Partido Popular, incapaz el segundo de seguir apoyando contra toda disidencia el pacto antiterrorista.

Muy mal harán los partidos constitucionalistas en el País Vasco si no presentan un frente común contra los independentistas. La pretensión de éstos de forzar al gobierno de Madrid a una negociación con ETA no debe admitir el más mínimo resquicio de posibilidad. Ese largo millar de muertos, sus familiares y amigos, los exiliados por la fuerza, la amenaza y el miedo merecen que la representación gubernamental de los vascos no cuente con quienes jamás condenaron tanta barbarie.

Excepto Herri Batasuna, decían por entonces los noticiaros cada vez que los partidos demócratas condenaban una salvajada de ETA. Pues eso, excepto Batasuna, todos pueden estar en el gobierno de Vitoria. Y si el señor Ibarreche cuenta con Batasuna, es Ibarreche quien sobra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y hoy Ibarretche se las ve con Zapatero, asi que convendría un poco de cabreo por parte del presi, porque ya está bien de buenas palabras con quien se empeña en tener un comportamiento chulesco. Desde ningún lugar de España se pueden dar lecciones de democracia o de diálogo como patente de nacionalidad, sobre todo si ese lugar se llama Euskadi y su lehendakari quiere negociar con unos canallas.

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