jueves, 12 de mayo de 2005

Don Mariano Rajoy y el espíritu del postfranquismo

Félix Población

Como todo hijo de vecino que haya prestado un poco de atención al debate sobre el estado de la nación -toda sería un martirio por el tedio y verborrea de los intervinientes-, no he podido dejar de indignarme, una vez más, ante el comportamiento de don Mariano Rajoy. Definitivamente, el líder gallego del Partido Popular se ha mudado de personalidad y el que aparece en la tribuna no es el templado y elegante orador de antaño, un punto irónico, sino el airado y hosco presidente honorario del PP, engreído y chulesco de ademán y propuestas.

Siguiendo el despendolado vía crucis hacia la radicalidad que don Mariano imputa al señor Rodríguez Zapatero, el señor Rajoy ha desbordado con su actitud de no secundar al gobierno en el pacto antiterrorista las más elementales premisas del sentido común, herramienta indispensable en la lid política. Esto no sólo es una irresponsabilidad hoy, cuando ETA parece acosada y sin posibilidades de acción, sino que puede acarrearle al PP una soberana debacle en el supuesto de que el monstruo agonizante vuelva a las andadas desde la temible desesperación de su acabamiento inminente.

Las encuestas ante las próximas elecciones autonómicas en Galicia no favorecen la tendencia de voto hacia el Partido Popular, antes bien constatan un avance de la sociedad gallega hacia el centro izquierda. Si eso es así -y no parece que haya dudas para no creerlo-, la puesta en escena que don Mariano hizo en el Parlamento de los vigentes planteamientos ideológicos del PP en las actuales circunstancias va a reducir aún más la respuesta a su favor en su feudo galaico.

Es de todo punto inadmisible, tras la eficiente y nada triunfalista ejecutoria del Ministerio del Interior a lo largo del último año en la persecución y detención de etarras, sostener en voz alta que el gobierno socialista ha traicionado a los muertos del terrorismo y ha permitido a sus sicarios el retorno al parlamento de Vitoria. Sólo desde la demagogia patriotera del postfranquismo se puede mantener un discurso tan casposo e incongruente con los postulados de una derecha a tono con nuestros días. Si el PP no recupera otro espíritu que no sea el de la primera transición, puede que el inmediato porvenir le haga pagar muy caro sus despropósitos. Estamos en vísperas de comprobarlo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Miren, el Rajoy no pisa sobre firme, sabe que entre sus colaboradores manda Aznar y así no hay formar de hacer una derecha centrada. Se comporta así por eso y ni él mismo se lo creee, todo lo que dice suena a imposición, como si fuera un muñeco de los guiñoles de Canal Plus, tan expresivos y tan en onda con lo que debe estar pasando. El PP se va a venir abajo en su cuna, en Galicia, con un candidato mas pallá que pacá y una gente que empieza a estar harta de caciquismo porque ve que el país, con los que mandan allí y en Madrid, sigue a la cola de España, y eso después de toda una vida con la derecha en Santiago.

Anónimo dijo...

¿No sienten un poco de miedo ante estos cabezas locas? Yo empiezo a tenerlo y el miedo es lo más peligroso que hay para una comunidad. Que alguien ponga un poco de cordura en esa gente, por favor. Esa ejecutiva del PP está para que la jubilen.

Anónimo dijo...

Ese verbo incendiado por la oratoria, la indignación moral y el énfasis se le está contagiando, amigo Lazarillo, y si nosotros, que no cobramos por esto, nos dejamos la distancia irónica, el espíritu analítico juguetón y la retranca, ay, me temo que todo estará perdido.
Por cierto ¿sabe algo de los negocios de González y Slim que me pueda contar en privado? ¿Y qué fue de Cisneros, aquel benefactor del INEM que se hizo cargo de las fenecidas Galerías Preciados?
Es por hablar de algo...

Anónimo dijo...

Rajoy fue colocado por Aznar, si alguien se presta a ese juego es porque son iguales. Soy bastante escéptica y nunca me he creido eso de que alguien que ha sido ministro del interior del PP puede ser dialogante y moderado (en tal caso 'tiene que')
Estos se piensan que con el mensaje duro e intransigente ganan votos. A veces en Galicia les funciona (en las anteriores elecciones autonómicas les funcionó esa unión BNG-ETA entre algunos votantes), pero en Catalunya los que salen beneficiados, como bien dijo Puigcercós, es ERC (en este caso esta unión les salió mal).

Un abrazo

Anónimo dijo...

Hay un par de cosas que no entiendo. La responsabilidad de gobierno la tiene el PSOE, no el PP. ¿No deberíamos fijarnos mas en lo que hacen estos? podremos votar a quien queramos pero debemos pedir responsabilidades a los que estan en el gobierno y con esta actitud de solo fijarnos en lo que hace el PP parece que es el que sigue gobernando.

En cuanto a lo de Galicia va mal por culpa de PP fíjate en Andalucía y Extremadura, estan muy por detras de galicia y siempre ha gobernado el PSOE, estan hachas un desastre y siguen ganando con mayoría absoluta, y en datos puramente económicos las autonomias gobernadas por el PSOE crecen menos que las gobernadas por el PP. ¿Porqué somos mucho mas críticos con la derecha que con la izquierda? ¿Porqué estamos dispuestos a perdonar a la izquierda cosas que no haríamos con la derecha? ¿Tal vez por la dictadura que sufrímos? es posible, pero la izquierda tampoco son santos y dictadores los hay de izquierdas y de derechas. Debemos intentar ser ecuanimes, olvidarnos del PP y vigilar como nos gobiernan aquellos sobre los que hemos depositado nuestra confianza.

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