jueves, 4 de diciembre de 2025

LA POLÍTICA DE VIVIENDA Y EL VOTO DE QUIENES TIENEN EL PROBLEMA


Lazarillo

A muchos nos consta, sobre todo a los de la generación a la que pertenezco, que nuestros padres trabajaron mucho para llegar a tener un piso de su propiedad en unos tiempos difíciles. Por eso hemos querido hacer frente a la necesidad de vivienda de nuestros hijos como paso inicial para hacer más llevadera su emancipación en un mundo laboral de precarizaciones. El problema de aquellos tiempos difíciles de la dictadura sigue siendo un problema en la llamada sociedad de bienestar. Quizá el más grave de los problemas para las generaciones de las que depende el futuro de este país. Por eso no se entiende que hayamos pasado de tener una ministra de Trabajo que se encomendó a la Virgen del Rocío para salir de la crisis en un gobierno de derecha, a contar ahora con una ministra de Vivienda de un supuesto gobierno progresista que llama a los especuladores y rentistas para que dejen de hacer lo que deberían dejar de hacer mediante leyes que lo evitasen. Así las cosas, me atrevería a decir que como el PSOE no se tomen en serio el problema de la vivienda, con una política acorde con las necesidades y abusos que se dan en este mercado -una necesidad según la Constitución-, algún otro partido de la derecha extrema podría utilizarlo como promesa para engatusar al voto joven.

DdA, XXI/6187

EL TRIBUNAL SUPREMO, LA RELIGIÓN EN ASTURIAS Y LA EDUCACIÓN EN CIUDADANÍA

 


Félix Población

El prelado de las Asturias de Oviedo, máximo representante de la iglesia católica en aquella región, se siente discriminado porque el Tribunal Supremo ha dado la razón al gobierno del Principado de Asturias, tres años después de que el propio arzobispo impugnase una decreto del ejecutivo del presidente Barbón para regular la asignatura de Religión en el bachillerato: los alumnos que elijan cursarla deberán tener 31 y no 30 horas lectivas a la semana, sin que se vulnere con ello, según el citado tribunal, el acuerdo con la Santa Sede ni suponga discriminación constitucional alguna. 

Para el arzobispado de Oviedo y para su titular, muy escorado como se sabe a identificarse con los sectores más integristas de la iglesia vaticana, al no ofrecerse al alumnado una asignatura alternativa a la de religión, el decreto suponía un trato desigual, pues la enseñanza religiosa como materia de estudio debería equipararse con el resto de las ofrecidas. 

Esto me hace recordar la que montaron los estamentos católicos de este país, con el Partido Popular a la cabeza -sin que entonces existiera Vox, aunque estuviera dentro del PP-, cuando durante los gobiernos de Rodríguez Zapatero se pretendió que una asignatura llamada Educación para la Ciudadanía fuera la materia alternativa a las clases de religión. 

Esta asignatura cumplía con lo recomendado por el Consejo de Europa en el año 2002, para el que la Educación para la Ciudadanía  era esencial para promover una sociedad libre y justa, en la que se contribuya a la defensa de los valores y principios democráticos, los derechos humanos y el Estado de Derecho. Se llegaba a sugerir incluso que había que hacer de esta materia un objetivo prioritario de las políticas y reformas educativas, algo que en nuestro país, por su historia contemporánea, era aún más necesario. 

No sé en el resto de los países de la Unión Europea, pero en España los privilegios mantenidos por la iglesia de Roma después del nacional-catolicismo y una derecha proclive a mantenerlos, hicieron que esta asignatura desapareciera. Cuando se constata en la actualidad, según las encuestas, que algo más de un 20 por ciento del electorado más joven vota a la extrema derecha, deberíamos reparar en la eliminación de asignaturas en la educación pública como la que podría haber sustituido con un mayor provecho democrático a la de religión, cuyo lugar de estudio y devoción debería estar en las iglesias.

DdA, XXI/6187

PAGE, HAZTE UN CANTÓ Y VETE AL PP A HACER LO QUE HACES EN EL PSOE


¿No te parece, Page, que en el PP tendrías motivos más que suficientes para, en la misma línea en la que interpelas a Sánchez, dirigirte al “frustrado pepero” y preguntarle: “¿No te da vergüenza decir todo lo que has dicho de los independentistas catalanes y ahora ir a Barcelona a suplicarles los votos que tanto has criticado?

Ramón Bellotero

Page, podrías resultar creíble si alguna vez hubieses señalado alguno de los muchos errores que también ha cometido el PP. Pero no: siempre apareces en escena para cuestionar las decisiones de Sánchez o de su Gobierno. Tus pellizcos de monja le vienen como anillo al dedo a Feijóo y compañía para arremeter contra el presidente, porque cuando un reproche llega desde las filas socialistas, cobra todavía más fuerza. Y, aun así, sigues ahí, bajo el paraguas de un partido que, sinceramente, no te mereces. Hazte un Cantó y vete al PP.

Lo último que has dicho es, más o menos, que no ves bien que Sánchez “se ponga de rodillas” ante Junts. Fíjate que aquí hasta puedo darte la razón: a mí Puigdemont me cae más gordo que el muñeco del anuncio de Michelin. Pero, con la misma contundencia verbal, podrías haber señalado algo peor en Feijóo, un dirigente que ha explotado hasta la saciedad sus ataques al independentismo y, por supuesto, a Sánchez. No hay más que recordar sus palabras: “Por siete votos y una Ley de Amnistía has vendido España a los independentistas para mantener en La Moncloa. Y, en un arranque de cinismo y poca vergüenza, ese mismo político que ha repetido esta acusación cientos de veces se planta en Barcelona para pedir a los empresarios catalanes que intercedan ante Junts y le consigan los siete votos con los que presentar una moción de censura al Gobierno.

¿No te parece, Page, que ahí tendrías motivos más que suficientes para, en la misma línea en la que interpelas a Sánchez, dirigirte al “frustrado pepero” y preguntarle: “¿No te da vergüenza decir todo lo que has dicho de los independentistas catalanes y ahora ir a Barcelona a suplicarles los votos que tanto has criticado?”?

Y si eso no te bastara para afearle la conducta, siempre podrías recordarle lo de Montoro, que hacía presuntas leyes a la carta a cambio de dinero; o a los “dientes y sarro” de Almería; o tú que eres abogado, indicarle las irregularidades que ahora están saliendo a la luz pública por parte del Poder Judicial en el juicio del fiscal general; o la actividad de Bonilla en Andalucía con el cáncer de mama; o el interés con la “ETA, ETA, ETA” de la novia del novio; mientras, en sus hospitales públicos, hay directores que pretenden dar largas a los enfermos y sus tratamientos para ganar más dinero. ¿De verdad que no tienes nada que decirle a tus “amigos” peperos?

El Bellotero .

DdA, XXI/6187

miércoles, 3 de diciembre de 2025

SI NO SE LUCHA CON MÁS DETERMINACIÓN, DESMANTELAN LA SANIDAD PÚBLICA

Cuando un directivo habla de los tiempos de espera como si fueran el termostato de un hotel, algo está roto en la salud moral de nuestro día a día. Cuando se gestionan procesos, patologías y pacientes según su rentabilidad o se analiza si la “actividad con temas de farmacia” conviene o no conviene, el barniz de “sanidad pública gestionada por privados” se cae de golpe y deja a la vista aquello en lo que realmente se ha convertido, en un supermercado cutre atendido por batas blancas. Desde que durante la pandemia se impusieron las consultas telefónicas en los centros de atención primaria del Servicio Nacional de Salud -añade este Lazarillo a lo escrito por Tortosa en su blog-, sin que se volviera después a la atención presencial en la consulta con los pacientes, no dejaré de pensar que fue un paso más hacia la paulatina privatización de la sanidad pública. El incremento de las dificultades de acceso a la sanidad de todos, tanto en la atención primaria como en las especialidades, ha disparado la afiliación a las mutuas privadas en estos últimos años. Esta afiliación ha motivado que las consultas privadas empiecen a presentar también listas de espera, un fenómeno nuevo y demostrativo de una tendencia que puede acabar con uno de los derechos que con más energía deberíamos estar defendiendo. Lo que se esperaba, después del gran servicio prestado durante la pandemia por la sanidad pública, es que se reforzara, no que las mutuas privadas crecieran hasta el punto de tener listas de espera. Si no se lucha por este derecho, lo iremos perdiendo de a poco, porque la capacidad de reacción ha sido hasta ahora insuficiente para hacer frente a ese riesgo. Lo del hospital madrileño es muy grave, aun siendo Madrid una región con un pasado tan negro como el de los más de 7.000 ancianos que murieron abandonados en las residencias durante la pandemia como consecuencia de la gestión del gobierno autonómico, el más privatizador de España.

"La sanidad pública gestionada por empresas privadas es un negocio trucado a costa de nuestros impuestos y de nuestra salud. Se sabe desde hace 20 años. Se desvía la atención con datos falsos y polémicas absurdas, también desde hace 20 años. Pero lo sabes tú, lo sé yo, lo saben hasta quienes lo niegan. La diferencia es que ahora tenemos una confirmación en primera persona, que no es poco: en una charla con sus directivos, desvelada por El País, el CEO de la empresa privada que gestiona por ejemplo el hospital público de Torrejón de Ardoz pide aumentar las listas de espera porque eso les hace más rentables. Trabajar menos para ganar más, porque aunque trabajen menos, cobran lo mismo. Les pide dedicarse a pacientes con dolencias baratas, ponerle trabas a las necesidades más caras de tratar, por ejemplo porque haya que gastar en ellos más medicamentos. El CEO de Ribera Salud confiesa su objetivo: “alcanzar un beneficio” de “cuatro o cinco millones” de euros. No hablamos de un gestor sin escrúpulos, no es un directivo iluminado. Es un modelo. En el nuevo sistema sanitario que va carcomiendo nuestro modelo anterior, la cuenta de resultados pesa más que la salud de la gente". JUANLU SÁNCHEZ, ELDIARIO.ES



Juan Tortosa

La reciente filtración sobre las fechorías cometidas en Hospital de Torrejón no es un simple escándalo: es la prueba sonora, desnuda, de un modelo que convierte un derecho fundamental en un producto y a los pacientes en mercancía. Un modelo que las derechas llevan años presentando como “eficiente”, “moderno”, “flexible”, cuando en realidad es una maquinaria calculada para exprimir beneficios a costa de la salud pública.

Gracias a la grabación donde se escucha a Pablo Gallart, director general del grupo Ribera, instando a aumentar las listas de espera, en un hospital público de gestión privada, para poder así ganar cuatro o cinco millones de euros más, empezamos a percibir la dimensión de una infamia que mucho me temo sea mucho mayor de lo que hasta el momento conocemos.

Escuchar a Gallart pedir que “desanden el camino” de bajar listas de espera porque no les salen los números es la confesión de que en el corazón del modelo privatizador hay un principio sagrado que no es proteger la salud, sino blindar el EBITDA. Cuando un directivo habla de los tiempos de espera como si fueran el termostato de un hotel, algo está roto en la salud moral de nuestro día a día. Cuando se gestionan procesos, patologías y pacientes según su rentabilidad o se analiza si la “actividad con temas de farmacia” conviene o no conviene, el barniz de “sanidad pública gestionada por privados” se cae de golpe y deja a la vista aquello en lo que realmente se ha convertido, en un supermercado cutre atendido por batas blancas.

Aquí se ha cruzado una línea que jamás debió rebasarse. Un paciente puede estar angustiado, puede estar enfermo o asustado, pero jamás puede ser un cliente. Un cliente elige, compara, “da beneficios” o “sale caro”. Un paciente es obligatorio atenderlo sin más cálculo que el de qué tratamiento le corresponde y cuándo lo necesita. Todo lo demás es una perversión moral, un fracaso de sistema y una indecencia política.

La Comunidad de Madrid se ha limitado a responder con el tono cínico-tecnocrático que le caracteriza: “gestión transparente”, “criterios de control”, “seguimiento continuo” Palabras vacías propias del doble lenguaje que practican, cara lavada hacia afuera, hoja de Excel hacia dentro. Lo grave no es que no se desmienta lo que se escucha en esos audios; lo grave es que sabemos que forma parte de la lógica del sistema que el Partido Popular, sobre todo en Madrid, lleva practicando con todo descaro desde hace ya demasiado tiempo.

Cuando un servicio público empieza a seleccionar a qué enfermo le interesa atender y a cuál no, no estamos en una discusión ideológica sino ante una clara vulneración del derecho a la salud. Si algo demuestra este infame episodio es que, en el modelo privatizador, la salud se vuelve una variable, no un fin.

El director del grupo Ribera lo dijo sin pudor, hay “muchísimas teclas que podemos tocar”. No se puede exhibir mayor desfachatez. Por las buenas o por las malas, hay que hacerles entender a estos amorales especuladores de pacotilla que donde hay un paciente, nunca puede haber un cliente. Jamás.

LAS CARGA EL DIABLO DdA, XXI/6187

LA GÉNESIS DE LA REVOLUCIÓN CUBANA EMPEZÓ EN LÁNCARA (LUGO)*


Juan Manuel López López

La génesis de la revolución cubana no se encuentra en el golpe de Estado dirigido por Fulgencio Batista en 1952, tal como afirman algunos historiadores que eligen ir lo más atrás posible para comprender un hecho histórico. Tampoco se halla en el famoso asalto al Cuartel Moncada, en 1953, cuando más de 100 guerrilleros opositores a la dictadura de Batista, liderados por un joven Fidel Castro, intentaron –sin éxito- tomar el poder. La raíz de la revolución latinoamericana más importante del siglo XX no aparece con la creación del Movimiento 26 de Julio, ni siquiera en las interminables conversaciones que el propio Fidel, su hermano Raúl Castro y Ernesto Che Guevara mantuvieron en México, cuando preparaban una guerra de guerrillas, detalle por detalle, un plan que coronarían con victoria el 1 de enero de 1959. El principio de la revolución cubana no es el Granma, aquella embarcación que partió el 25 de noviembre de 1956 desde las aguas mexicanas rumbo a Cuba, con 82 revolucionarios a bordo. El comienzo no se halla en Sierra Maestra, donde el movimiento creció a grandes escalas, y se hizo fuerte para pelear y vencer. Todas esas teorías que se leen en los manuales de la historia formal y oficial pueden quedar descartadas inmediatamente. Créase o no, sea curioso o no, la génesis de la revolución cubana se encuentra bien lejos de la isla caribeña. La revolución cubana nace en una aldea de Láncara, en la provincia de Lugo, en la Galicia rural.

Allí, en Láncara, justamente, nació Ángel Castro Argiz, el padre de Fidel Castro y de Raúl Castro, emblemas de la gesta. Vivió en un hogar de piedra muy pequeño, rodeado de campo. Una placa colocada en la misma vivienda precaria recuerda este origen: «En esta casa, en 1875 nació Ángel Castro Argiz, gallego que emigró a Cuba, donde plantó árboles que aún florecen».

Y vaya que florecieron esos árboles. El propio Fidel, quien resaltaba la «testarudez gallega» como una característica humana, pudo viajar en una ocasión hacia Galicia y visitar la casa humilde de su progenitor. Fue en julio de 1992, llegó acompañado por Manuel Fraga, por entonces presidente de la Xunta y la persona más representativa de la derecha española después del franquismo.

«Él no hablaba mucho de Galicia, le daba tristeza», recordó el líder cubano en aquel paso por la tierra lucense, cuando le preguntaron por la morriña de su papá. «Hay quienes pueden tener el honor de descender de príncipes, de reyes, de marqueses, de nobles… Yo tengo el honor de haber descendido de gallegos, y que la casa de mi padre no sea un palacio, sino una choza», agregó el comandante con una mirada húmeda que disolvía cualquier juicio previo.

Paradoja de la emigración: el hombre que no se dejaba dominar por Estados Unidos se mostró dominado en Láncara por una vibración distinta a tantas otras que había vivido en su arriesgada existencia. Abrazó con cariño a familiares, descolocando a sus propios escoltas, respiró hondo como un nadador cansado y aguantó estoicamente el golpeteo intenso que le dio su corazón al ingresar a la casa paterna.

Después de conocerla por dentro y acariciar conmovido hasta el techo de pizarra, participó también de una romería en la aldea de Armea. No faltó el pulpo, la empanada gallega, el vino, una queimada y hasta hubo una partida de dominó contra Fraga. Los de la derecha dirán que ganó el fundador del Partido Popular; los de la izquierda, sin achicarse, dirán que el vencedor fue Fidel. Como suele suceder en estos casos, el periodista dirá la verdad, pero no tendrá espacio para publicarla en los medios de comunicación que comunican según el dinero pautado.

Ese amigable encuentro entre un hombre muy de derechas y otro hombre muy de izquierdas no sorprendió tanto porque ya existía un precedente: el año anterior, en 1991, se habían reunido en La Habana con la misma camaradería radiante. Fidel había tenido también una cordial relación con Francisco Franco, otro gallego. El líder cubano reconoció que la España franquista, pese a la presión estadounidense, no quiso romper relaciones con Cuba, país que decretó tres días de luto cuando murió el dictador español en 1975.

Nadie hasta el día de hoy comprendió bien esa extraña amabilidad entre Fidel y Franco, descartando cualquier tipo de apatía entre ellos. Los historiadores suelen encogerse de hombros cuando intentan explicar por qué las dos fuertes personalidades parecían guiñarse los ojos asiduamente, como un signo de complicidad. Quizá haya intervenido alguna meiga para juntarlos, tejiendo una inmensa tela para enredarlos. O tal vez, simplemente, haya sido un pedido expreso de Breogán: lo que Galicia une, que ninguna ideología lo separe…
(Foto de la agencia Efe).

*Texto publicado en el libro del autor Morriña andante.

DdA, XXI/6187

¿POR QUÉ NO SE CALLARÁ EL REY EMÉRITO DEL POR QUÉ NO TE CALLAS?

El autor comenta al final de su artículo, que podemos leer hoy en el diario Público, que el vídeo del rey emérito y huido ha registrado miles de reproducciones en Youtube desde que lo colgó el pasado lunes, pero aún está muy lejos de las más de 1,2 millones de visualizaciones de su hit más exitoso: aquel otro vídeo en el que se le ve abroncando al presidente de otro país a quien, por lo que parece, consideraba un bocazas: "¿Por qué no te callas?". Este sería también el titular con el que Felipe VI reprocharía a su padre su última y malograda aparición pública. La verdad es que el emérito huido no ha dejado de trabajar en contra de la institución monárquica desde hace más de diez años y puede que hasta se note en el fracaso editorial de sus infumables memorias, en las que se cree adalid de la Transición y concede al dictador la hechura de pergeñar en la persona del rey la democracia. ¡Viva el vino!


Juan Oliver

La Casa Real española no suele hacer valoraciones sobre la vida y la obra de Juan Carlos de Borbón, exjefe del Estado y padre de Felipe VI. Por eso, el hecho de que el pasado lunes el entorno del rey se apresurara a desautorizar la última aparición pública de su progenitor, en un vídeo de escasa calidad escénica que el entorno del monarca ha calificado de "inoportuno" e "improcedente", ha sido interpretado como una señal de evidente malestar. 

Desde que el exrey inició hace unas semanas la campaña de promoción de sus memorias, se ha ido tensando la relación que mantiene con su hijo, ya de por sí muy enrarecida, al menos en apariencia, en los últimos años. El actual rey lleva años observando cómo los comportamientos de su padre recuerdan su legado impropio, agrietando la pretendida imagen de limpieza con la que intenta, precisamente, dar solidez a la monarquía que ahora él representa.

Juan Carlos de Borbón abdicó el 18 de junio de 2014, después de años de progresivo deterioro de su figura, y de la de la Corona en su conjunto, por sus escándalos personales y financieros; su safari africano en plena crisis de deuda en España; por la instrucción del caso Noos que implicaba directamente a su hija, la infanta Cristina de Borbón, y a su yerno, Iñaki Urdangarín; por el reconocimiento de que había tenido cuentas secretas en el extranjero... Felipe VI fue coronado al día siguiente de la renuncia de su padre, cuya alargada sombra no ha dejado desde entonces de opacar y deslucir su reinado.

Noos: Juan Carlos, Iñaki y Cristina

Los avances en el caso Noos y las informaciones sobre la posibilidad de que Juan Carlos tuviera una fortuna en paraísos fiscales nutrida a base de mordidas fueron cercando a Felipe VI a los pocos años de iniciarlo. En 2014, al poco de su coronación, retiró a sus hermanas, las infantas, la consideración de componentes de la familia real, y el 11 de junio de 2015, tras la imputación de Cristina, anuló el ducado de Palma de Mallorca que su padre le había concedido veinte años antes. Según algunos historiadores, el exrey lo consideró una afrenta, pero se mantuvo en silencio. Dos años después, Urdangarín fue condenado a 7 años de cárcel y a más de medio millón de euros de multa por varios delitos de corrupción. En 2018, el cuñado del rey ingresó en prisión, agravando la sensación de división y decadencia de la familia real.

Fundaciones para ocultar su fortuna

En 2020, una investigación periodística desveló que la Fundación Zagatka, creada en Liechtenstein en 2003 por el primo de Juan Carlos, Álvaro de Orleáns, había abonado sus vuelos privados durante once años sin que el primero hubiera declarado jamás a Hacienda aquellos pagos en especie, valorados en ocho millones de euros. Poco después, un diario británico desveló que Juan Carlos de Borbón era también el principal beneficiario de otra fundación, Lucum, que había ingresado 100 millones de dólares donados por el rey de Arabia Saudí, su amigo personal. Felipe VI, que aparecía citado como beneficiario de aquel entramado como heredero de su padre, comunica que le retira a este la asignación que recibía con cargo al Estado y anuncia en la misma nota de prensa que renuncia a la herencia y "a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad".

Fuga a Abu Dabi

En agosto de 2020, Juan Carlos informa de que deja España y su residencia oficial –La Zarzuela, el palacio sufragado por los presupuestos públicos en el que lleva viviendo casi 60 años–, y difunde una carta a su hijo en la que justifica la decisión en la "repercusión pública" que estaban teniendo "ciertos acontecimientos pasados" de su "vida privada". Lejos de mostrarle disgusto por sus acciones, Felipe VI reacciona ofreciéndole "sentido respeto y agradecimiento". La Casa Real tarda 15 días en confirmar que Juan Carlos está en Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes, una dictadura presidida por otro jeque amigo donde él reside en un hotel de lujo –posteriormente se trasladará a una villa en una isla privada–.

Defraudador confeso

A raíz de las noticias sobre sus fraudes tributarios, la Fiscalía abre varias investigaciones por los delitos fiscales que el exrey podría haber cometido a través de aquellos entramados societarios creados en el extranjero por personas próximas a él. El Ministerio Fiscal los archivó en 2022 al considerar que los delitos o bien habían prescrito, o bien no podían ser imputados al anterior monarca porque éste los habría cometido cuando aún estaba reinando y su figura, por tanto, era penalmente inviolable. La Casa real no hace comentario alguno al respecto pese a que el monarca reconoce el fraude al regularizar cuatro millones de euros en impuestos impagados que, pese al dineral de su fortuna oculta, abona con un préstamo sindicado de varios amigos.

El "Bribón" en Sanxenxo

Poco después del archivo de aquellas causas, Juan Carlos de Borbón anuncia que volverá a España desde Abu Dabi para participar en su barco, el Bribón, en las regatas de vela de la ría de Pontevedra que organiza el club náutico de Sanxenxo, que preside su amigo y empresario Pedro Campos. Lleva dos años sin ver a su hijo y a su nuera, a su todavía mujer y a la mayoría de sus nietos, pero cuando aterriza un viernes de mayo de 2022 a bordo de un avión privado en Vigo, tras un viaje seguido en tiempo real por todas las televisiones del país, se dirige directamente a Sanxenxo, donde, sentado en el asiento del copiloto del todoterreno de Campos, la boutade que resumirá su reinado: "Explicaciones, ¿de qué?". No viajará a Madrid hasta el siguiente lunes, cuando se reúne en La Zarzuela con su heredero en un acto privado, del que la Casa Real no facilita imágenes ni información ni, por supuesto, valoración alguna. La prensa recoge que Juan Carlos les ha advertido de su intención de volver ese mismo verano. Desde entonces, convierte en hábito sus retornos periódicos, ante el mutismo de su hijo.

Letizia, Sofía y Froilán

En septiembre de 2022, sólo tres meses después de su primer regreso a España, Juan Carlos asiste en Londres al funeral por la reina de Inglaterra, Isabel II. Viaja sólo desde Abu Dabi. Durante las exequias, según muestra la retransmisión por televisión, el rey Felipe VI, la reina Letizia Ortiz y la reina emérita, Sofía de Grecia, aparentan indiferencia ante su proximidad que, según algunos cronistas, intentan evitar discretamente ante las cámaras. Un año después, en el otoño de 2023, un tribunal de Londres archiva la demanda por acoso que le había presentado su examante Corinna Larsen. El exmonarca envía un comunicado insinuando que eso le da vía libre para volver a su vida normal pues, a su juicio, se habrían restablecido "las condiciones necesarias para futuras apariciones públicas". La prensa española recoge la supuesta alarma de la Corona ante la posibilidad de que éstas se incrementen y que el exrey pueda hacer declaraciones inapropiadas. Desde hace unos meses, su nieto Froilán de Marichalar vive con él en Abu Dabi.

Demanda contra Revilla

En abril de 2025, Juan Carlos de Borbón presenta una demanda civil en un juzgado de Santander contra el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla, antiguo amigo y quien ha manifestado en público en varias ocasiones su disgusto personal por el comportamiento corrupto del exjefe del Estado, que ahora le pide 50.000 euros y una rectificación por supuesta difamación. En las tertulias de radio y tele trasciende la opinión del entorno de Felipe VI, que teme el daño que puede hacer de nuevo a la Corona el ataque a la figura de Revilla, un expolítico con una elevada valoración pública, apreciado y bien considerado en los medios, especialmente los audiovisuales, y con un alto grado de identificación con el ciudadano medio español.

Memorias en francés

A finales de octubre pasado, cuando la Casa Real se prepara para celebrar la reinstauración de la monarquía y el inicio de la transición a la democracia con varios actos oficiales a los que no se prevé invitarle, Juan Carlos anuncia en un par de entrevistas, concedidas a medios galos desde su villa de lujo en Abu Dabi, que va a sacar sus memorias en francés con una editorial de ese país, primero, antes de hacerlo en España y en español. De sus declaraciones y del contenido que trasciende de su biografía autorizada se deduce un nuevo disgusto para su familia: críticas a la supuesta frialdad de su hijo y a la de la reina Letizia; justificación banal de sus escándalos; ni una palabra de arrepentimiento ni de aclaración sobre sus fraudes y prácticas corruptas... Pero sí alabanzas a Francisco, justo cuando medio país conmemora la muerte del tirano rememorando sus crímenes durante la guerra y la dictadura.

El vídeo

Ahora, el vídeo que Zarzuela ha considerado inadecuado es una grabación que aparenta más rudimentaria que profesional  en el que el rey se reivindica ante los jóvenes –"Sobre todo para los que no conocéis la historia de España", detalla– como adalid de la transición, y en la que pide apoyo para su hijo. El video ha registrado miles de reproducciones en Youtube desde que lo colgó el pasado lunes, pero aún está muy lejos de las más de 1,2 millones de visualizaciones de su hit más exitoso: aquel otro vídeo en el que se le ve abroncando al presidente de otro país a quien, por lo que parece, consideraba un bocazas: "¿Por qué no te callas?"

PÚBLICO  DdA, XXI/6186

LAS MUJERES DE "LA ROJA" NO PIERDEN EL GOZO DE SU FÚTBOL



Félix Población

Desconozco por qué un partido de la selección nacional de fútbol de España, en España, se disputa a las siete de la tarde de un día laborable, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata del partido de vuelta de una final europea. Aclaro que la selección es la femenina, no la masculina, y que su trayectoria está cuajada de éxitos que para sí quisiera la selección de varones en sus primeros decenios en las competiciones europeas y mundiales. Vuelvo a insistir que las mujeres futbolistas de nuestro país se merecen mejor tratamiento que el hasta ahora dispensado en los medios de comunicación. Deberían reconsiderar, como ocurrió ayer en el partido de vuelta contra Alemania, que 55.000 espectadores en un estadio como el de Atlético de Madrid pocos lo imaginarían hace unos cuantos años para disfrutar del juego de las mujeres de La Roja. Porque lo que ayer se volvió a ver en el terreno de juego es que estas futbolistas disfrutan de sus excelentes aptitudes con el balón, de la precisión combinatoria que caracteriza su estilo, de su incuestionable capacidad para chutar a distancia y hacer posible goles como el tercero del equipo. Si además todas ellas muestran en el campo un juego limpio y celebran sin aspavientos y con un júbilo espontáneo sus goles, no me queda otra que escribir lo que voy escribiendo, considerando que hubo un tiempo lejano en el que como espectador de fútbol admiré las características de este deporte, antes de que lo convirtieran en un gran negocio con mucho dinero en juego y los medios de comunicación como colaboradores de un megaespectáculo de excesos ridículos, haciendo de sus protagonistas de elite unos tipos multimillonarios y fatuamente idolatrados. Sabemos que la UEFA ya está viendo también negocio en el fútbol femenino y que ha incrementado los premios dinerarios a los equipos que intervienen en las competiciones internacionales, estando aún muy lejos de los que reciben los varones, pero de momento las mujeres de La Roja siguen siendo con el balón en los pies unas jóvenes que lo disfrutan y lo dominan con descarado temple y magistral sentido asociativo. Y además, sus repetidos triunfos internacionales no han podido sustraerlas del entusiasmo, gozo y frescura con las que se iniciaron de niñas en un deporte que durante demasiados años fue privativo del sexo masculino dominante, como ocurría y sigue ocurriendo en otros ámbitos*. 

*La gran ovación del público a la futbolista de Carabanchel Jenny Hermoso al salir al campo de juego es digna de resaltar.

PRECEDENTES: SANCIONABLE SEGÚN MEDIDA


DdA, XXI/6186

HUNOSA SE NIEGA A PAGAR A LA BRIGADA DE SALVAMENTO MINERO


Hunosa se niega a pagar a los brigadistas más de 9000 horas que les debe. Ante la desidia de la empresa, llueve sobre mojado, los brigadistas advierten que de no obtener soluciones ya, renunciarán a la Brigada y volverán a sus puestos. Con la Brigada desaparecerían más de cien años de experiencia adquirida de generación en generación que la hacen un grupo de élite.

Armando Nosti

La Brigada Central de Salvamento Minero, se fundó en 1912, su lema la define: “Ningún minero se queda en la mina”. No ejercen solo en la mina, van a donde les reclaman y colaboran estrechamente con la UME y otros organismos donde puedan aportar su experiencia. Tiene un convenio de colaboración con el Servicio de Emergencias del Principado. En 2006, participó en las tareas de rescate en una mina de Méjico, donde murieron 65 mineros. En Valencia, hace un año fueron recibidos con esperanza y despedidos con aplausos. En 2019 realizaron el rescate del cuerpo de un crío de dos años que se había caído a un pozo ilegal, en una operación seguida a nivel internacional por su extrema dificultad. En su más de un siglo de historia, han recibido la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, las Medallas de oro y plata del Principado de Asturias, la Medalla de Plata de la Cruz Roja y la Medalla de Oro al Mérito de Protección Civil entre otras distinciones.
En 1967, cuando la modernización de la minería en otros países europeos permitía obtener un carbón de mayor calidad y a precios más competitivos que el obtenido aquí, se creó la empresa Hunosa para hacerse cargo de las pérdidas de las familias afectas al régimen que habiéndose enriquecido con las minas de carbón sin invertir en su modernización las arruinaron , y porque los mineros, en “La huelgona” de 1962, pese a las durísimas represalias habían demostrado que no estaban dispuestos a seguir trabajando como esclavos. Conseguía la nueva “empresa nacional” dos objetivos, rebosar los bolsillos de los que se los habían llenado en tiempos de bonanza y crear unos cuantos puestos de trabajo, bien remunerados, para ellos y sus familiares en el “Pozu Moqueta”. Ahora Hunosa es una entelequia que hace como que hace cosas y anuncia que va a hacer más cosas.
Hunosa se niega a pagar a los brigadistas más de 9000 horas que les debe. Ante la desidia de la empresa, llueve sobre mojado, los brigadistas advierten que de no obtener soluciones ya, renunciarán a la Brigada y volverán a sus puestos. Con la Brigada desaparecerían más de cien años de experiencia adquirida de generación en generación que la hacen un grupo de élite.
Asturias no puede permitirse el lujo de perder una institución que le da prestigio, la enorgullece, forma parte de su patrimonio y presta un servicio insustituible. Si se trata de ahorrar, hay cientos de chiringuitos innecesarios.

LA NUEVA ESPAÑA DdA, XXI/6186

EL PARQUE REGIONAL DE MAMPODRE Y RIAÑO TIENE QUIEN LO HABITA: NO ES UN MUSEO

Quizá este excelente artículo, publicado en un modesto medio de información arraigado desde hace unos cuantos años en aquella abrupta geografía, no llegue a los gabinetes de prensa de los departamentos correspondientes del gobierno de la Junta de Castilla y León. Y si llegara, es probable que tampoco tuviera consecuencias. Hablamos de gobiernos que llevan cuarenta años sin hacer frente a los problemas que se plantean en el siguiente texto, publicado en Diario de Valderrueda. Al contrario, la despoblación prosigue en aquellos municipios porque este parque regional parece como si estuviera condenado a convertirse en un museo de sí mismo. A diferencia de otros en este país y en Europa, este parque se le administra desde fuera, como si quienes lo habitan fueran figurantes sin voz. La administración debe estar -escribe con criterio incuestionable el articulista- donde está la vida. Un parque regional sin habitantes no es un Parque, es un decorado, una suerte de vistoso escaparate para turistas, una postal para redes sociales, una excusa para nuevas obras como ese puente sobre el embalse riañés. Un territorio sin alma. Mientras en otros parques europeos la ganadería es vista como columna vertebral del sistema, aquí es tratada como una molestia administrativa. Como primera gran incoherencia de este Parque Regional de la Montaña de Mampodre y Riaño está decir que se protege la naturaleza mientras se asfixia al agente ecológico más importante del territorio. Muy cierto. 


Alberto Díez

La última vez que escuché a un cargo público hablar del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre lo hizo con la solemnidad de quien presenta algo grande, importante, casi heroico. Mostraba imágenes de un nuevo puente turístico erguido sobre el embalse riañés, como si esa estructura fuese la llave maestra capaz de abrir un futuro brillante en esta comarca que se ha ido apagando década tras década. 

Lo curioso es que, mientras hablaba, yo no veía un puente: veía una grieta. Una grieta entre lo que se promete y lo que realmente se vive aquí. El puente, la pasarela, la obra vistosa… no importa la forma. Importa el fondo: la desconexión profunda entre la Junta de Castilla y León y la realidad cotidiana de quienes habitamos estas montañas. 

Y esa desconexión es la que convierte cada anuncio institucional en una pieza de propaganda hueca, porque aquí, a pie de suelo, cada invierno más largo, cada casa apagada, cada explotación que cierra, cada consulta médica que se cancela, confirma lo que la administración se obstina en no ver: este Parque se queda sin habitantes.

No es una metáfora. Es estadística pura. Según los padrones consolidados elaborados a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), esta zona perdió más de 240 habitantes solo en el último año. En varios municipios la densidad cae por debajo de los cuatro habitantes por kilómetro cuadrado, un valor que en la clasificación europea equivale a despoblación extrema. La provincia de León, por su parte, perdió 1.388 personas en 2023; y las proyecciones oficiales estiman una caída superior a los 17.000 habitantes en los próximos 15 años. Son cifras que cualquier administración mínimamente responsable tendría tatuadas en su frente. Y, sin embargo, aquí seguimos, con anuncios de obras turísticas que no sostienen población. Con discursos que ignoran lo esencial: un Parque sin habitantes está condenado a convertirse en un museo de sí mismo.

Lo que más sorprende es que la Junta actúe como si todo esto fuera una especie de malestar local, como si la despoblación fuese una emoción, una sensación, un prejuicio. Pero aquí no se trata de sensaciones. Se trata de números que se pueden trazar en un gráfico. Y se trata, sobre todo, de vidas que se marchan porque la administración ha decidido que la palabra “protección” significa “preservar el decorado, no a las personas”.

Lo más doloroso de esta deriva es la gran impostura sobre la que se construye la narrativa oficial del Parque: ese paisaje que tanto se fotografía, que tanto se imprime en folletos, que tanto se sugiere como naturaleza impoluta, no existe sin quienes lo han trabajado durante generaciones. Es el resultado de siglos de manejo humano: pastoreo extensivo, siega, desbroce, apertura de pasos, mantenimiento de majadas y caminos. Ese paisaje no es virgen; es cultura. Y la cultura necesita personas. Aquí, la Junta parece querer el paisaje, pero no a los habitantes.

La ganadería extensiva — la misma que Europa reconoce como generadora de servicios ecosistémicos de primer orden — sobrevive en estas montañas no gracias a las políticas del Parque, sino a pesar de ellas. Las exigencias burocráticas, la falta de infraestructuras adecuadas, la tardanza en las compensaciones por daños y las trabas a mejoras básicas convierten la vida de los ganaderos en un ejercicio constante de resistencia. 

Mientras tanto, parques como Somiedo o Redes son capaces de integrar a los pastores en la gestión, reconocer su función y convertirlos en aliados. En los Alpes, la compensación económica por mantener pastos abiertos, por prevenir incendios de forma natural, por sostener corredores ecológicos, no es un concepto teórico; es una realidad consolidada. Aquí, en cambio, quien mantiene la montaña abierta trabaja gratis para toda la comunidad.

No es casualidad que, mientras en otros parques europeos la ganadería es vista como columna vertebral del sistema, aquí es tratada como una molestia administrativa. Esa es la primera gran incoherencia de este Parque Regional: decir que protege la naturaleza mientras asfixia al agente ecológico más importante del territorio. 

La segunda incoherencia es sanitaria. En los informes del Ministerio de Sanidad se refleja un hecho preocupante: la ratio de profesionales en la atención primaria rural de Castilla y León es insuficiente para un territorio tan disperso. Las listas de espera — publicadas por la propia Junta y citadas en los análisis provinciales recientes — revelan retrasos que, en la vida cotidiana, se traducen en algo crudo: si enfermas aquí, esperas. Y si nieva, puede que esperes más de la cuenta. Cualquiera que viva en un pueblo lo sabe: a veces la medicina depende más del cielo que del sistema. Y nadie fija población donde la salud depende de un golpe de buena suerte.

El panorama educativo no es mejor: las aulas se sostienen en equilibrio inestable, las matriculaciones se tambalean, y cada cierre de escuela supone una sentencia adicional para la vida de un pueblo. En cuanto a vivienda, la política fiscal autonómica presume de deducciones para rehabilitar inmuebles en municipios pequeños, pero sin vivienda accesible, sin servicios estables, sin tejido productivo y sin una estrategia real de asentamiento, esos incentivos se quedan en papel mojado. La fiscalidad no fija población si no se acompaña de vida.

El tejido productivo de la comarca — o lo que queda de él — es otro frente abandonado. Hay ganadería, recursos forestales, producciones alimentarias artesanales, pero falta lo que hace sólida una economía local: centros de transformación, cooperativas territoriales, logística compartida, marca comarcal reconocible, redes agroalimentarias robustas. Todo aquello que parques como Aigüestortes o diversas Reservas de la Biosfera han integrado de forma natural en sus estrategias. La nuestra, en cambio, parece una economía dispersa condenada a defenderse sola, pieza por pieza.

La montaña, sin embargo, aporta mucho más de lo que recibe. Los servicios ecosistémicos — captura de carbono, regulación hídrica, prevención de incendios, mantenimiento de hábitats — son esenciales no solo para el Parque, sino para regiones enteras. Pero aquí no existe ni un programa de compensación ni una política de reconocimiento. Mientras Europa avanza hacia modelos donde quien cuida del territorio recibe un retorno, nosotros seguimos tratando ese cuidado como un deber silencioso de los de siempre.

Y luego está el punto que resume mejor que ningún otro la falta de respeto de la administración hacia este territorio: la sede central del Parque no está en el Parque. Está a kilómetros, en despachos urbanos donde es imposible percibir la temperatura social de las montañas, su latido, su precariedad, sus urgencias. Es quizá la imagen más descarnada de esta gestión: un Parque administrado desde fuera, como si los habitantes fuéramos figurantes sin voz.

Es difícil entender cómo una institución que pretende conservar un territorio no es capaz de tener su centro de decisiones en ese mismo territorio. Por eso lo digo sin rodeos: exigimos que la sede del Parque esté aquí, y no en León ni en Valladolid. Es un acto mínimo de coherencia, de dignidad y de responsabilidad institucional.

Otras regiones lo tienen claro. El Parque Nacional de Aigüestortes tiene su sede en el territorio. Ordesa, también. En los Alpes, las oficinas centrales no se ubican en capitales, sino en los pueblos que forman parte de la montaña. La administración está donde está la vida. Aquí, no. Y esa distancia es política antes que geográfica.

Lo que resulta más frustrante de todo esto es que no estamos pidiendo nada que no exista ya en otros lugares. No reclamamos privilegios ni excepciones. Pedimos políticas que funcionen, estrategias que ya han demostrado ser eficaces, estructuras que pueden replicarse. Pedimos una fiscalidad realista que atraiga familias, un sistema sanitario accesible, datos públicos y actualizados, centros de transformación productiva, una red agroalimentaria territorial, programas de pagos por servicios ecosistémicos, Casas del Parque que actúen como centros de gestión y no como museos y, por encima de todo, una administración presente, cercana y responsable. Porque lo que más se ha roto en estos años no es la demografía ni la economía, sino la confianza. Hay una creciente sensación de abandono, de distancia institucional, de decisiones tomadas sin escuchar a quienes aún viven aquí. Y esa distancia es letal. La población no solo se hunde: empieza a descreer.

Quisiera terminar esta carta abierta con una idea que puede sonar simple, pero que encierra la raíz de todo este conflicto: un Parque sin habitantes no es un Parque, es un decorado. Un escaparate para turistas, una postal para redes sociales, una excusa para nuevas obras. Un territorio sin alma. Pero esta montaña aún tiene alma. Y quienes vivimos aquí queremos seguir teniéndola. Queremos un Parque vivo, con Casas del Parque que sirvan para algo, con caminos transitables, con médicos que lleguen, con aulas que se mantengan, con familias que se queden y no que huyan. Queremos una sede aquí, donde la montaña empieza, no donde termina la burocracia. Yo seguiré aquí, como muchos otros. Pero no sé por cuánto tiempo más si la gestión continúa mirando a la montaña desde lejos.

Diario de Valderrueda DdA, XXI/6186

martes, 2 de diciembre de 2025

DEL CONGRESO CON MOTOSIERA A ACOSAR A PERIODISTAS, Y VOX CRECE EN LAS ENCUESTAS


Lazarillo

La reportera se llama Laura Pavía y pertenece a RTVE. Cubrió como tal la concentración que tuvo lugar junto a la sede del Partido Socialista en Madrid, a rebufo de la que celebró el Partido Popular no muy lejos de allí. En este caso, los congregados habían sido convocados por Vox o una organización afín a este partido de extrema derecha con representación en el Congreso de los Diputados. Fue en el Congreso donde uno de los diputados del citado partido planteó al presidente de RTVE la duda de si Vox iba a entrar en la radio y televisión pública con motosierra o lanzallamas. Lo que ocurrió en la calle de Ferraz, con unos energúmenos acosando e increpando a Laura Pavía, tratando de impedir su trabajo, es una consecuencia de que esos diputados puedan expresarse en el Congreso tal como lo hizo el diputado de Vox. Es digna de encomio la serenidad que en todo momento mantuvo la reportera ante el micrófono y la cámara para mayor resalte de la indecencia mostrada por la patulea de gañanes que la increpaban. ¿Seguirá creciendo Vox en las encuestas?

CIS DEL DÍA DE LA FECHA


DdA, XXI/6185