Diario del Aire
domingo, 7 de diciembre de 2025
LOS PILARES CULTURAL E HISTÓRICO DEL HUMANISMO MEXICANO SEGÚN AMLO
EL ODIO DE CLASE DE LA BURGUESÍA ANTE LA COMUNA DE PARÍS
Antonio Monterrubio
POR EL BIEN DE LA HUMANIDAD, CABE ESPERAR MUCHO DE SHEINBAUM Y SU PUEBLO
Félix Población
Es igual que las televisiones privadas o públicas de España lo ignoren y prefieran difundir pequeñas manifestaciones en Madrid en pro de la opositora venezolana Corina Machado, Premio Nobel de la Paz instigando a la invasión de su propio país. Cada vez con mayor asiduidad y frecuencia la ciudadanía busca la información en las redes y tiene oportunidad de ver y escuchar lo que los medios convencionales le niegan, como la convocatoria ayer en la Plaza del Zócalo de la ciudad de México del séptimo aniversario de la Cuarta Transformación. Se presumía que iba a ser multitudinaria, como siempre desde los tiempos del anterior presidente de aquella república, y desde luego mucho más noticiable que aquellas otras de mucho menor entidad convocadas por la oposición y de las que sí nos ofreció su crónica Guardiola, el corresponsal de nuestra televisión pública. Ayer se reunieron en el Zócalo capitalino en torno a 600.000 almas, otra vez entusiastas en apoyo de su presidenta Claudia Sheinbaum, pero en esta España nuestra, a la que México tan bien trató en los peores momentos de su historia, ninguno de los canales de televisión tuvo el menor interés en hacerlo saber a sus telespectadores. ¿A quién puede interesar que aquella república haya pasado de ser uno de los países con mayor desigualdad al segundo puesto en igualdad del continente? ¿Qué interés puede tener que durante la presidencia de López Obrador hayan salido de la pobreza trece millones y medio de mexicanos, con dos años de pandemia de COVID por medio? ¿O que aquel querido país haya creado medio millón de puestos de trabajo en el último año y su desempleo (2,6 por ciento) sea de los más bajos del planeta? No, más interés tiene Corina Machado y sus grupos de fieles que escuchar decir a una presidenta, que ha sido elegida por una gran mayoría de la población y sigue contando con el respaldo de esa mayoría, que la Cuarta Transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador no está siendo sólo económica y social, sino ética y moral, inspirada en el humanismo mexicano, anclado en el legado de los pueblos originarios de aquella gran nación. La memoria es semilla, dijo Sheinbaum, si no se siembra no florece. Ahí está el último libro de Obrador (Grandeza), que se está vendiendo en la feria internacional del libro de Guadalajara como pan caliente y profundiza en esa historia. Con una frase del expresidente, clave para la transformación de México, concluyó Claudia Sheinbaum un discurso vibrante, cuajado de contenido documental y entereza moral y emocional: Por el bien de todos, primero los pobres. Antes de las palabras hemos podido ver, como suele hacer la primera mandataria, ese detenido tránsito afable estrechando las manos y los brazos de un pueblo que la quiere, todo un privilegio del que aquella república viene dando ejemplo desde la legislatura de su predecesor y del que ha dejado cabal testimonio la instantánea que ilustra este artículo. Esas manos trabajadoras en la espalda de Sheinbaum son la expresión de un anhelo histórico de justicia y una imagen elocuente del pensamiento de Benito Juárez: Con el pueblo todo, sin el pueblo nada. El Zócalo se sigue quedando chico para acoger la fidelidad y confianza de la mayor parte de la ciudadanía en siete años de gobiernos transformadores. Por el bien de la humanidad, cabe esperar mucho de Claudia Sheinbaum y su pueblo.
SOMOS HUMANISTAS, NO CREEMOS EN EL PODER DEL DINERO
Ciudad de México/La Jornada
Somos humanistas, “no creemos en el poder del dinero y no nos arrodillamos frente a los poderosos; creemos en un México de libertades, de justicia; un México soberano, de justicia verdadera, donde el que manda es el pueblo de México”, aseguró hoy la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a siete años de la llegada de la cuarta transformación.
“Quien no defienda sus raíces camina sin sombra y rumbo; la memoria es semilla, si no se cuida, no florece”, advirtió.
Lo que nos debe quedar claro, sostuvo, es que nada de los cambios alcanzados con la transformación serían posible con los gobiernos del pasado neoliberal ni con la “falsedad del conservadurismo… Ellos nunca han creído en los derechos del pueblo de México”.
La mandataria insistió que, en los meses recientes, “nuestros adversarios políticos se han dedicado a construir realidades virtuales en las redes sociales, en las columnas de opinión, que nada tienen que ver con el momento de transformación que vive México”.
De entre las mentiras más socorridas, señalan -citó- México es cada vez menos democrático. “Se olvidan que durante todo el periodo neoliberal vivimos el fraude electoral del 1988 en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, el desafuero de (Andrés Manuel) López Obrador, una de las acciones más autoritarias de la historia reciente””.
Asimismo, la compra masiva de votos en el 2012. “Se olvidan también que en 1994, (Ernesto) Zedillo cambió de un plumazo a toda la Corte y nombró una para su conveniencia”.
Nosotros “siempre hemos luchado por la democracia y lo seguimos haciendo”.
Mencionó que “gracias a la transformación hoy existe plebiscito y la revocación de mandato, además del elecciones libres, limpias para el pueblo de México” y destacó la elección nuevo Poder Judicial.
Indicó que “otra de las mentiras que han divulgado recientemente es que somos gobiernos represores. Falso, siempre hemos luchado contra la represión y actuamos en consecuencia. Nunca hemos reprimido al pueblo y si un servidor público se sobrepasa es sancionado. La represión se dio en la época del PRIAN, la de los maestros, la de Atenco, por mencionar algunos”.
También rechazó que no haya libertad de expresión y de movilización, o que no se apoye a los jóvenes, como sus detractores acusan.
Subrayó que es otra calumnia que los gobiernos de la transformación están vinculados con grupos delincuenciales.
“Falso, ellos iniciaron una supuesta guerra contra el narco y pusieron al frente a (Genaro) García Luna, que hoy está preso en Estados Unidos.
“En el periodo de (Felipe) Calderón y (Enrique) Peña los homicidios dolosos en México subieron 250 por ciento y del 2018 a la fecha se han reducido en 34 por ciento”.
Dijo: “nos distingue que somos humanistas que amamos nuestra patria y tenemos un profundo amor al pueblo de México y a nuestra historia. Nos indigna la discriminación, el clasismo, el racismo y el machismo.
“Nos indignan las profundas desigualdades y lucharemos siempre, hasta el último día de nuestras vidas porque las y los mexicanos puedan comer tres veces al día comida saludable, puedan tener acceso a la educación, a la salud, al vestido y a la vivienda”.
No creemos, añadió, “en el consumismo ni en el poder del dinero, ni en la avaricia y no nos arrodillamos frente a los poderosos. Creemos en un México de libertades, de justicia; un México soberano, de democracia verdadera, donde el que manda siempre sea el pueblo de México”.
Así que “somos humanistas. Nuestro pensamiento es el humanismo mexicano que reconoce la riqueza cultural de México en sus pueblos originarios y en nuestra rica historia”.
DdA, XXI/6190
sábado, 6 de diciembre de 2025
DERIVAR LA GESTIÓN DE DERECHOS AL LUCRO PRIVADO ES ELIMINAR LOS DERECHOS
En su cumpleaños la Constitución es una coherencia cuántica de muchas constituciones superpuestas. Lo del hospital de Torrejón es un recordatorio. A las derechas les gusta decir que lo público es más caro y funciona peor. Las empresas privadas funcionan mejor que el estado para vender bolsos o fabricar cacerolas. ¿Se imaginan una zapatería pública, atendida por funcionarios? El estado funciona mejor para gestionar derechos. ¿Se imaginan abrir más restaurantes para que no haya colas de hambre? Y sí es más caro lo público, por supuesto. Los derechos son más caros que los privilegios, porque son universales y lo público es lo que gestiona los derechos. La salud es más barata si es un privilegio de algunos que si es un derecho de todos. En España hay más ricos riquísimos que antes (siempre muy pocos), hay más pobres y la clase media se va haciendo mediocre. La desigualdad aumenta. Los ricos riquísimos no quieren una población con los derechos que marca nuestra constitución cuarentona. No quieren que tengamos derechos, porque tener derechos todos es tener menos poder los que están en ventaja. No quieren derechos porque son caros, requieren servicios públicos que los gestionen (hospitales, escuelas, oficinas y todo eso) y eso implica la joya de la distribución de la riqueza: los bienhadados impuestos, que ellos tanto odian (la Constitución usa tres veces la palabra «distribución», dos de ellas en este sentido que acabo decir). Y la tercera razón por la que no quieren derechos es que esas actuaciones públicas en que nos protegemos unos a otros y nos aseguramos de que todos tienen libertades y oportunidades eliminan espacios muy lucrativos de negocio. Entre la Seguridad Social y Torrejón, el negocio está en Torrejón y los derechos en la Seguridad Social. Unos partidos quieren un país de negocios y más negocios y otros quieren un país de negocios, pero sobre todo de derechos. Unos diremos que la salud es un derecho y otros dirán que España es una nación indisoluble. Unos querremos centros de salud donde se atienda a quien lo necesite y otros querrán que un señor alto y rubio sea Rey. Cada uno cogerá su cachivache constitucional. Lo de Torrejón es una barbaridad, pero ¿qué esperaban? Se invierte dinero en un negocio para hacer negocio, así sea fabricar cacerolas o traficar con el cáncer. Derivar la gestión de derechos al lucro privado es sencillamente eliminar los derechos. Lo de Torrejón no es una aberración ni un error, es la naturaleza de las cosas cuando no se entiende que el estado no puede dedicarse a vender zapatos ni el negocio privado a atender los derechos de la gente. En Madrid crece la corrupción en torno a la sanidad privada y empezarán las puertas giratorias. ¿Hay algún sitio en que no sea así?
DdA, XXI/6189
JÓVENES DE LA ETNIA POKOT ILUMINADAS DE VIDA
Fernando de Silva (fotógrafo y viajero)
ABRIR LA PUERTA A LA PRIVATIZACIÓN FUE LO QUE EL HOSPITAL DE TORREJÓN ILUSTRA
viernes, 5 de diciembre de 2025
ENTRO EN LOS OCHENTA CON UN RECUERDO DEL PADRE PATAC
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José María Patac de las Traviesas
Álvaro Noguera
En estas fechas, cada año hago un recopilatorio vital, Una suerte de examen de conciencia, una reválida, que nunca supero por culpa de un juez, severo, no; severísimo y que, casualmente, soy yo mismo. Ahí están como en lista de espera, vivencias, fracasos, putadas, algún golpe bajo, más o menos como la letra de un tango. Sí es cierto que con todos estos condimentos se aprende a hacer de necesidad virtud.
La memoria. Perderla una tragedia, mantenerla íntegra, una putada. Recuerdo, en un octubre de 1952, la primera lectura de notas, al Von Riedt, El Chapa, abroncándome. Estas notas no son para reír, son para llorar. No entendía porqué tenía que llorar, si no había cometido ninguna fechoría. El Von Riedt, era pequeño pero bajo, con el colmillo retorcido y el alma como una rehala de fox terriers con les neurones cabreades, que un día de lectura de notas se tomó la justicia por su mano con un rapacín que ya barruntaba déficit de atención.
Y ahí está el primer disgusto serio que di en casa cuando hice la primera comunión de penalty. Escapeme a comulgar en una misa colegial sin el previo ceremonial del traje de marinerito o de almirante, o de cantante de fados. Entonces apareció el padre Gallego, Rosa Mística, consolándome: Que el niño Jesús, me llamó desde el sagrario como en su día hizo con san Estanislao de Kostka. A mi parecíome que no, que todo había sido una sinsustanciada mía. Años más tarde, un día de Santa Catalina, eché a perder de por vida una rodilla por practicar salto de longitud sin tener ni idea de la técnica, que quien me mandaría. Ya habiendo abandonado la vida colegial, coincidí con el Padre Patac, un sabio y un santo al que le pregunté por qué había tenido enchufe con él. Mirome raro, ni se acordaba de mi. Le expliqué que un examen final de química dejé media hoja en blanco, la otra media, inventada, y que sin embargo me había calificado con un tres cuando no merecía más que un cero. Un santu, ya te digo.
Llegó la mili. Presenteme voluntariu y devolviéronme a los corrales. Que con esti pectus escavatum la patria no me quería. Dos años más tarde, sin embargo, estaben escasos de carne de cañón y que era más que probable que tuviese que vestir el caqui. Estoy seguro que mi viejo movió Roma con Santiago, y con Ramón y Cajal, y en la revisión en Oviedo coincidí con rapazos de Gijón con problemas muy graves a los que enviaron a revisar, creo recordar que a Valladolid. A dos mongolinos, a un chepu y a mi, nos mandaron directamente para casa. Sigo creyendo que hubo tongo.
Cansé.
Quiero que sepáis que hoy doblo la esquina y entro en los ochenta. Ahora sí; sin sobornar a nadie, siempre al límite de la depre, un poco asocial y con tres enemigos declarados: la pereza, el sofá y la artrosis.
Y recordad que las etapas de la vida del hombre son, infancia, adolescencia, madurez y estás hechu un chaval. Cuando os lo digan, daros por jodidos.
Venga, ahora rezadme una oración agnóstica. Que no soy mucho de creer, pero por si acasu, que Dios os bendiga.
DdA, XXI/6188
ESPAÑA MUERTA: CECILIA TENDRÍA HOY 77 AÑOS
Valentín Martín
APOYADO EN EL QUICIO DE LA MANCEBÍA...
Lazarillo
LA REALIDAD COMO CONSTRUCCIÓN DE MINORÍAS
La noción de “realidad objetiva” ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Se ha asumido, casi sin discusión, que el mundo posee una estructura independiente de la mente humana, disponible para ser descrita por cualquiera que disponga de los instrumentos adecuados. Pero esta convicción, tan arraigada, encubre un hecho elemental: la realidad que habitamos no es el reflejo neutro de lo que existe, sino el resultado de lo que sucesivas minorías han logrado imponer como verdadero a lo largo de la historia.
Jaime Richart
La especie humana solo entra en el terreno ontológico cuando el individuo originario aprende a distinguir lo que observa como algo distinto de sí mismo. Esto —diferenciar el objeto observado del propio sujeto— no solo inaugura la conciencia humana: inaugura el mundo humano. En ese instante surge la posibilidad de trazar contornos, de fijar identidades, de señalar causalidades. Sin esa operación cognitiva, no hay objetos; y sin objetos, la noción de realidad queda vacía. La realidad es, desde su origen, el producto de una forma de percibir, no una sustancia autónoma que espera ser descubierta.
DdA, XXI/6188







