¿No te parece, Page, que en el PP tendrías motivos más que suficientes para, en la misma línea en la que interpelas a Sánchez, dirigirte al “frustrado pepero” y preguntarle: “¿No te da vergüenza decir todo lo que has dicho de los independentistas catalanes y ahora ir a Barcelona a suplicarles los votos que tanto has criticado?”
Ramón Bellotero
Page, podrías resultar creíble si alguna vez hubieses señalado alguno de los muchos errores que también ha cometido el PP. Pero no: siempre apareces en escena para cuestionar las decisiones de Sánchez o de su Gobierno. Tus pellizcos de monja le vienen como anillo al dedo a Feijóo y compañía para arremeter contra el presidente, porque cuando un reproche llega desde las filas socialistas, cobra todavía más fuerza. Y, aun así, sigues ahí, bajo el paraguas de un partido que, sinceramente, no te mereces. Hazte un Cantó y vete al PP.
Lo último que has dicho es, más o menos, que no ves bien que Sánchez “se ponga de rodillas” ante Junts. Fíjate que aquí hasta puedo darte la razón: a mí Puigdemont me cae más gordo que el muñeco del anuncio de Michelin. Pero, con la misma contundencia verbal, podrías haber señalado algo peor en Feijóo, un dirigente que ha explotado hasta la saciedad sus ataques al independentismo y, por supuesto, a Sánchez. No hay más que recordar sus palabras: “Por siete votos y una Ley de Amnistía has vendido España a los independentistas para mantener en La Moncloa. Y, en un arranque de cinismo y poca vergüenza, ese mismo político que ha repetido esta acusación cientos de veces se planta en Barcelona para pedir a los empresarios catalanes que intercedan ante Junts y le consigan los siete votos con los que presentar una moción de censura al Gobierno.
¿No te parece, Page, que ahí tendrías motivos más que suficientes para, en la misma línea en la que interpelas a Sánchez, dirigirte al “frustrado pepero” y preguntarle: “¿No te da vergüenza decir todo lo que has dicho de los independentistas catalanes y ahora ir a Barcelona a suplicarles los votos que tanto has criticado?”?
Y si eso no te bastara para afearle la conducta, siempre podrías recordarle lo de Montoro, que hacía presuntas leyes a la carta a cambio de dinero; o a los “dientes y sarro” de Almería; o tú que eres abogado, indicarle las irregularidades que ahora están saliendo a la luz pública por parte del Poder Judicial en el juicio del fiscal general; o la actividad de Bonilla en Andalucía con el cáncer de mama; o el interés con la “ETA, ETA, ETA” de la novia del novio; mientras, en sus hospitales públicos, hay directores que pretenden dar largas a los enfermos y sus tratamientos para ganar más dinero. ¿De verdad que no tienes nada que decirle a tus “amigos” peperos?
El Bellotero .
DdA, XXI/6187

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