Luis de Luxán Meléndez
¿Hemos aprendido algo de lo que le pasó a Nevenka Fernández hace 25 años?. La sociedad modificó muchas leyes, comportamientos y actitudes machistas. Pero sobre todo son las mujeres las que han aprendido a no callar, a no tolerar más y a denunciar el acoso y los abusos de poder. A los hombres aún nos queda mucho por aprender; parece que no nos concierne el machismo rampante en el trabajo y miramos para otro lado y disculpamos, toleramos y hasta queremos tapar esas actitudes que, quizás, solo nos abochornan en teoría. Por lo menos, ahora la sociedad pone el foco en el acosador. Sin embargo, solo claman colectivamente las militantes del partido o las compañeras de oficina. ¿Dónde está la militancia masculina?
DdA, XXI/6192

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