Félix Población
Lo escribí en más de una ocasión. Si algo echo de menos del periodismo en el que me crie son los quioscos, a los que me arrimaba de chaval los domingos para ver las portadas. En la plaza de Cibeles de Madrid había el quiosco más espectacular de los que yo recuerde. Allí se podía encontrar la mayor parte de la prensa española de provincias y lo mejor de la prensa extranjera. Con la prensa digital ya apenas encontramos quioscos en las calles y plazas de las ciudades. Por eso la viñeta de Malagón es más simbólica que reflejo de la realidad actual. Pero sí coincido con el autor en que hay muchísimos medios y muy poco periodismo. A veces, por rejuvenecer vivencias perdidas en el tiempo y las circunstancias, me acerco a uno de los quioscos sobrevivientes y compro el único periódico que me defrauda en menor medida. Cuando toco el ejemplar, siento aún algo de aquella expectante sensación que suponía comprar un ejemplar de esa misma cabecera para informarse con ganas cuando vivíamos con ganas de un país con expectativas de cambio, pero también sé que en cuanto abra las páginas de ese periódico reconoceré mi disentimiento o disconformidad con algún contenido editorial o informativo. Entonces, cuando ese diario parecía lo que mejor sintonizaba con el porvenir de tantos anhelos ciudadanos, se estaba gestando un nuevo régimen político de libertades que en su transcurso, sin embargo, me fueron dejando una sucesiva reducción o frustración de expectativas hasta hacer que me preguntara, a posteriori, si alguna vez las hubo en lo vivido y en la profesión que elegí siendo un adolescente. Quizá lo de ahora, con tantos medios y tan poco periodismo, proceda también de entonces, como la mayoría de las rémoras que seguimos soportando provienen posiblemente de no haberlas resuelto cuando se estaba edificando lo que tenemos. A la postre, la sensación que tengo es que la transición -con minúscula de apaño- fue tan decepcionante como mi profesión. Y así es como lucen el vigente régimen del 78 y el periodismo de nuestros días. Corrupción de corrupciones, casi todo corrupción, día tras día, año tras año, en la política y el periodismo, un periodismo que apenas sobrevive, como los quioscos, en un mar de patrañas.
DdA, XXI/6165

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