La mentira deliberada y la distorsión de los hechos, escribió Hannah Arendt, son más peligrosas para una democracia que cualquier otro delito porque acaban erosionando la confianza en la palabra pública. . Todo político debe guiarse por la “ética de la responsabilidad”, que dijo Max Weber, lo que significa rendir cuentas en cada momento no solo a la ley, sino a los ciudadanos que depositan su confianza en él. (De un artículo de Juan Tortosa, hoy)
Félix Maraña
Porque mentir no es pecado
como sentencia el PP,
y robar depende qué
ahora está ya autorizado,
qué dirá en el obispado
el encargado de todo,
pues si encuentran acomodo
a un pecado capital,
se salvó la Cospedal
de sobres, dinero y lodo.
Si mentir no es ilegal
como dicen los peperos,
si los fangos financieros
se perdonan por igual,
si la mentira es legal,
sólo cuando te interesa,
ya nos dirán quién confiesa,
pide excusas y perdón
como Bárcenas, ladrón,
que miente y nada le pesa.
Roma no paga traidores
y en la Biblia se maldice
la mentira que se dice
y corrompe los honores,
pues señoras y señores,
ladrones en general,
si el pecado es capital
hay que repararlo bien.
Y si ya tienes con quién
peca, que todo es legal.
(C) Félix Maraña
[Aquí, tres sin pecado, después de ser perdonados por sí mismos de toda culpa].
DdA, XXI/6132
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