viernes, 3 de octubre de 2025

MULTA A UN INMIGRANTE POR ALIMENTAR A LAS PALOMAS


Lazarillo

Me entero por mi estimada Leticia Gondi, estupenda ilustradora, que Gijón, esa ciudad abierta y acogedora del Cantábrico, ha multado con el pago de 300 euros a un inmigrante por alimentar a las palomas. Según Leticia, a la sanción elevada se suma la preocupación por si la misma pudiese complicar nada menos que la regularización del inmigrante en nuestro país. Añade mi no menos estimado amigo Goti del Sol que no tiene palabras para definir esta situación, pero las encuentra al final de su comentario: "Soy paseante habitual de las zonas ajardinadas del centro y me canso de contemplar a gente que da comida a las palamas, en la Plaza de Europa, en la del Seis de Agosto, en Begoña o el Campo Valdés. Nunca, en muchos años, he visto una intervención policial en estas situaciones, pero ¡oh, sorpresa!, resulta que empuran a un pobre inmigrante. Yo es que no creo en casualidades y sí en otras realidades que se refieren a palabras feas como racismo, xenofobia y así". No tengo nada más que añadir. O sí: que alguien en el Ayuntamiento gijonés con un poco de dignidad anule esa multa lo más pronto posible para que no se sume Gijón, esa ciudad abierta y acogedora, a los ayuntamientos señalados por alguna incidencia de carácter racista o xenófobo, que los hay y son todos de similar signo al del municipio asturiano. No me imagino una sanción similar por igual y distendido proceder a uno de los miles de cruceristas que viajan en esos enormes y contaminantes contenedores flotantes de recreo que recalan regularmente en el puerto exterior de aquella villa. Por cierto, son municipales los autobuses que se ponen a su disposición?

DdA, XXI/6122

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