viernes, 17 de octubre de 2025

LA LITERATURA DEL PLANETA PERDIÓ PRESTIGIO HACE TIEMPO



 Félix Población

Hace ya tiempo que el Premio Planeta no es un reconocimiento literario a un autor y hace tiempo que Planeta trabaja en contra del que dieron en llamar Premio Nóbel de Literatura en español. Su degradación, a pesar de haber entre sus premiados autores como Mario Vargas Llosa o Camilo José Cela (dos Nobeles a la sueca), ya la supo percibir uno de los escritores españoles más notables del pasado siglo. Por los años setenta, en plena transición política, el editor José Manuel Lara ofreció a Miguel Delibes el premio Planeta. Escrito está que el empresario le dijo al escritor vallisoletano que editorial y autor compartirían lo que era "un negocio para todos", creyendo que Delibes iba a aceptar el ofrecimiento. Pero cuando Lara le dijo "tú ganas dinero y nosotros prestigio", don Miguel se expresó de este modo: "Sí, sí hay alguien que pierde, y es ese escritor novel que se ha pasado tres años escribiendo y al que yo le estoy quitando el premio sin saberlo". Siempre que se falla el Planeta, y teniendo en cuenta lo que con razón se expone en el texto que ilustra este comentario, me pregunto si hay todavía escritores noveles que se pueden seguir presentando cada año con alguna aspiración y me parece que, de seguir en esa tónica, el negocio del que hablaba Lara va a quedar constreñido a los pactos previos en los que Miguel Delibes no quiso entrar para dar prestigio a un premio que si entonces ya lo necesitaba, me parece que ahora está a punto de perderlo del todo, si no lo ha perdido ya. Creo que alguna vez lo escribí aquí, que intenté leer a varios premios Planeta y que, en un caso, hace ya unos cuantos años, siendo un autor al que apreciaba -colaborador del diario El País-, hube de abandonar la lectura después de unas cuantas páginas excelentes. Me dio la impresión de que el resto habían sido escritas con precipitada urgencia y descuido, como si el escritor temiera no cumplir a tiempo con la fecha de entrega de originales o hubiese encargado el trabajo a otra persona. Podrá parecer una observación demasiado pesimista, pero se está notando en la muy mediocre literatura que se hace en España que el 60 por ciento del mercado editorial está en manos de Planeta y Penguin. El premio Planeta viene a ser la constatación mejor pagada del mercado para recordarlo año tras año*.

*Por si hubiera o hubiese alguien que me reproche prejuicios críticos al valorar los Planeta, hay va un explícito fragmento del más reciente:


Supongamos (es mucho suponer) que la concesión del premio ese está sujeta al más estricto rigor, que un jurado supuestamente competente selecciona a los premiados sin la menor interferencia. Si así fuera, da mucho más miedo la catadura literaria del galardonado porque implicaría que quienes figuran como jueces solo son una cuerda de analfabetos funcionales. Me tranquilizaría más que la editorial premiase, sin más, al texto que considere mejor para sus intereses empresariales. Revestirlo de un juicio literario es un insoportable insulto. Goti del Sol

DdA, XXI/6136

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