sábado, 20 de septiembre de 2025

GAZA: ¿QUÉ FÁBRICA DE ODIO HA PRODUCIDO TAL SUPREMACISMO Y DESMEMORIA?


El articulista recuerda a la niña del napalm vietnamita que movilizó tantas conciencias y hoy vive en Ontario, con 63 años, volcada en el activismo pacifista. Ante los miles de niños y niñas asesinados en la Franja de Gaza se pregunta Rivas ¿dónde han ido a acampar las conciencias de la gente que apoya este infierno? ¿Qué está pasando con las almas de ayer y hoy cuando celebran reunión? ¿Qué fábrica de odio ha producido tal supremacismo y tal desmemoria?


Manuel Rivas

Hay una imagen que, en cierto modo, acabó con la guerra de Vietnam. Es conocida como La niña del napalm. En la fotografía puede verse un grupo infantil, cinco niños y niñas, uno muy chiquillo, huyendo de las llamas, y algunos soldados que parecen huir de sí mismos. El centro de la imagen es la niña.  Corre desnuda, ardiendo, con los brazos en cruz. Su rostro es un grito. Todos los gritos de horror de las voces bajas de la historia están ahí.  

El napalm fue experimentado como arma de destrucción en Gernika por la aviación nazi, la Legión Cóndor, al servicio de Franco. Se calcula que, entre 1965 y 1973, los bombarderos USA arrojaron en Vietnam unas 500.000 toneladas de napalm y millones de galones del terrible “agente naranja”, un herbicida con la cancerígena dioxina TCDD, considerada “la molécula más tóxica jamás sintetizada por el hombre”. Se trataba de destruir hasta el recuerdo de la vida. 

Este bombardeo sobre el poblado de Trang Bang ocurrió el 8 de junio de 1972. La foto se atribuye a Nick Ut, de Associated Press. La niña, de nueve años, se llama Kim Phúc. Va desnuda porque le ardió la ropa. Ella misma arde. Está ardiendo. Sufrió quemaduras en dos terceras partes del cuerpo y sobrevivió de milagro. Ahora, con 63 años, vive en Ontario, Canadá, y es una activista por la paz que colabora con la ONU. 

Para Estados Unidos, esa imagen de la niña del napalm fue como un búmeran de 500.000 toneladas de escrúpulos. Hubo muchos otros factores, claro, pero el peso de esa foto estremecedora fue decisivo. Incluso medios de comunicación que todavía defendían el delirio bélico, tuvieron que hacerle un hueco a aquel grito que entró en los hogares y sacudió las conciencias. 

¿Qué ocurre con Palestina? Hay muchas fotos equivalentes a la de la niña del napalm en la franja de Gaza. Muchas. El horror más allá del horror. Con datos de Save The Children y Unicef, son ya más de 20.000 niñas y niños muertos en 23 meses. Al menos 20.000. Destrozados directamente por una maquinaria monstruosa dirigida por desalmados, sin honor ni piedad, que no parecen sentir ni “la pena de Marte”. O víctimas de una cruel extinción programada, en la que se les ha arrebatado todo, hasta los cementerios. 

Lo único bueno que podría hacer Netanyahu, a estas alturas, es ir a dormir fuera y no volver nunca. Pero, ¿dónde han ido a acampar las conciencias de la gente que apoya este infierno? ¿Qué está pasando con las almas de ayer y hoy cuando celebran reunión? ¿Qué fábrica de odio ha producido tal supremacismo y tal desmemoria? 

En Cuatro futuros (Four futures: Life After Capitalism), Peter Frase describe cuatro escenarios dominantes para el presente siglo. Uno de esos futuros en marcha es el “exterminismo”, cuando se da un conflicto y la parte más fuerte decide erradicar a la parte que considera subalterna. Y comenta Emilio Santiago Muiño (Vida de ricos, ¿es posible?): “El genocidio perpetrado por el Estado de Israel sobre una población civil ya sometida desde hace décadas a un régimen de apartheid como es Palestina prefigura ante nuestros ojos el tenebroso potencial exterminista del siglo XXI”. 

Entre los asesinados en Gaza, en estos 23 meses, se cuentan 210 periodistas. En la guerra de Vietnam, en un período de veinte años, fueron 63 los reporteros muertos en acto de servicio. Hace poco, en un acto celebrado en Madrid, un diplomático palestino contaba que cuando se pregunta a niños y niñas qué querían ser de mayores, una mayoría responde: “¡Periodista!”. Debe de ser el único lugar del mundo donde ocurre esto. Por algo será.  

LUZES  DdA, XXI/6109

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