domingo, 17 de agosto de 2025

LOS DRONES DE LA MUERTE O EL FRACASO MORAL DE NUESTRA CIVILIZACIÓN



Manuel García González

La más siniestra de las distopías ya ha llegado. El ejército israelí ha intensificado en las últimas semanas un nuevo sistema para matar. Concretamente, mediante el uso de drones adaptados como herramientas de intimidación psicológica, vigilancia y asesinato directo, usado en zonas donde los civiles han buscado refugio tras ser desplazados forzosamente del norte de Gaza. En un estudio de Euro-Med Human Rights Monitor se han documentado numerosos casos en los que los drones emiten grabaciones de perros atacando a niños, gritos de niños con dolor, llantos de ancianos y mujeres pidiendo ayuda, junto con sirenas de ambulancia. Cuando las personas se dirigen a la fuente del sonido para ver qué está pasando, son acribilladas por los propios drones. Según el estudio, esta táctica – que se suma a los devastadores ataques aéreos, a la hambruna sistemática, al disparo de tanques y francotiradores en las zonas de reparto de alimentos, ...- está meticulosamente planificada para, mediante el terror, infligir graves traumas psicológicos y el colapso mental de la población civil. El estrés psicológico constante que se experimenta durante largas horas cada día y cada noche se manifiesta en un grave deterioro neurológico. Toda la población de Gaza vive actualmente en un estado constante de miedo anticipatorio, lo que afecta gravemente su funcionamiento diario y su estabilidad mental.

En el propio informe aparecen las confesiones de varios soldados de las FDI que manejaban drones a control remoto: “Si alguien anda rápido o corre por una calle, es sospechoso y se le dispara. Si anda lento, está dismulando y se le dispara. Si se agacha, puede estar tramando algo y se le dispara”. “Es como un videojuego [...] es guay" (sic). La propia empresa que comercializa estos drones (Elbit Sistems), promete en su web : “Dron diseñado para aumentar la letalidad de las escuadras de infantería más allá de su alcance de detección y combate [...] permite un ataque rápido y preciso incluyendo escenarios urbanos. El sistema admite una gama de armamento modular multifunción y de varios calibres [...] Cuenta con algoritmos avanzados y capacidades autónomas que incluyen reconocimiento autónomo de objetivos integrado para atraer, detectar, clasificar, rastrear y eliminar objetivos de día y de noche [...] Casi un 100% de eficacia”.

Estos drones son un paso más en la dirección sin retorno del horror y del fracaso moral de nuestra civilización. Pero también, estas máquinas impersonales, exactas, precisas, rentables, productivas y brillantes, son un ejemplo más de hasta dónde puede llegar la inteligencia humana si no hay ética que la encamine. De la perversidad que puede alcanzar el desarrollo tecnológico cuando no está sujeto a coordenadas morales. Parecen una realidad futurista salida de la mente delirante de un guionista de series distópicas de terror. Pero es algo totalmente real y, mientras lees esto (agosto de 2025), robots voladores, sin culpa ni conciencia, están persiguiendo y asesinando a quienes intentan sobrevivir por las calles apocalípticas de Gaza entre el fuego y las ruinas.

DdA, XXI/6075

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