Félix Población
Israel bombardea la única iglesia católica en la Franja de Gaza. El ataque ocasiona la muerte de cuatro personas y seis o siete heridos, dos de ellos graves. En el momento del bombardeo, en la iglesia había tanto feligreses católicos como musulmanes, incluidos ancianos y niños con discapacidades, según Fadel Naem, director interino del Hospital Al-Ahli, que atendió a los heridos Entre estos, con carácter leve, está el párroco argentino de la iglesia, con el que el fallecido papa Francisco se comunicaba cada día por video llamada. No creo que haya hecho lo mismo el actual papa de Roma, que no es argentino. Quizá tampoco tenga el interés que mostró su predecesor en aquel territorio en el que desde hace casi dos años se asentó la barbarie genocida del Estado invasor de Israel. Lo que sí cabría esperar de una institución tan poderosa como la iglesia vaticana como Estado, ante un atentado terrorista contra uno de su templos por parte de otro Estado, atentado en pudo haber fallecido el representante de esa Iglesia en Gaza, es algo más que las palabras convencionales de León XIV, reiterando su llamamiento a un cese inmediato de la violencia, tras expresar su profunda tristeza por el ataque a la iglesia de la Sagrada Familia, así como su profunda esperanza en el diálogo, la reconciliación y la paz. Lo dicho por el pontífice y jefe del Estado Vaticano, para creyentes y no creyentes, es ante aquel infierno la nada misma. Como alguien ha escrito, la palabra esperanza, dirigida a una bestia como Netanyahu y quienes respaldan su barbarie, es algo así como pensar que Trump va a ponerse cualquier día en el despacho oval de la Casa Blanca la camiseta de Greta Thunberg para hacer frente al cambio climático. Ante un genocidio programado como el del pueblo palestino, que atenta contra la propia iglesia católica, las declaraciones meramente formalistas y convencionales del actual pontífice y jefe de un Estado dan más señal de impotencia contra un gobierno genocida que de solidaridad y respaldo a las víctimas. La iglesia católica debería estar obligada, siempre, a ofrecer algo más que mensajes de esperanza retórica a quienes sufren, máxime cuando quienes padecen el horror ha sido sus propios fieles. ¿O es que ni siquiera cuando ocurre lo ocurrido es capaz El Vaticano de dejar de utilizar palabras y manifestaciones gastadas por el uso y su reiterativa inutilidad, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido un Estado el que ha atentado contra la representación de otro en la Franja de Gaza?
DdA, XXI/6.045
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