La Asociación Mesa de la Memoria Histórica del barrio madrileño de Latina ha tenido a bien recordarnos con esta fotografía la importancia decisiva que el Ejército Rojo de la Unión Soviética tuvo en la derrota del nazismo en la Segunda Guerra Mundial, cuyo octogésimo aniversario fue celebrado recientemente en Moscú. Esa importancia se suele pasar por alto últimamente en el área de la Alianza Atlántica, eludiendo o silenciando lo que consta en los libros de historia. La instantánea nos muestra el día en que miles de soldados alemanes (17 de julio de 1944) desfilaron por el centro de la capital rusa. Ese desfile de los vencidos se inició a las once de la mañana y contabilizó a casi 58.000 militares alemanes, encabezados por los generales y oficiales nazis de alto rango: "La gran mayoría de la población recibió a los nazis con un silencio abrumador, interrumpido solo por algunos gritos: "¡Muerte a Hitler!" y "¡Muerte al fascismo!". En general, sin embargo, hubo muy pocos estallidos agresivos. Los soldados alemanes eran seguidos por máquinas regadoras, que lavaban simbólicamente el suelo de la "inmundicia de Hitler". Este evento de gran contenido simbólico fue organizado en estricto secreto por el NKVD y recibió el nombre de Operación Gran Vals, inspirado en una comedia musical". Es de recordar que cerca de 400.000 soldados y oficiales de la Werhmacht y las Waffen SS murieron en combate o fueron capturados. De los 47 generales de la Wehrmacht que lucharon como comandantes de cuerpos y divisiones, 21 fueron hechos prisioneros.
DdA, XXI/6.025
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