Félix Población
Muy de vez en cuando, acostumbrados como estamos a una actualidad política y geopolítica que no deja de indignarnos, nos llega alguna buena noticia, aunque no se resalte en las portadas de los periódicos ni en los telediarios al uso. Desde el comienzo de la invasión de Gaza -llamarlo guerra es una falacia inadmisible aunque lo haya asumido la mayoría de los medios-, un total de 100.000 soldados israelíes ha desertado o se ha negado a cumplir órdenes de sus superiores. Obviamente, en evitación de represalias, la noticia que ayer difundió La Sexta no da los apellidos de algunos de esos soldados, pero sí la opinión de quienes, después de meses de combate, consideran que su gobierno está perpetrando una limpieza étnica con la población palestina, “una especie de genocidio”. Se dan caso de jóvenes mujeres reservistas, como Einat, que con 21 años se negó a ser movilizada y se le aplicó una sentencia de 87 días de prisión militar. “Estamos presenciando nuevos niveles de violencia, persecución política y fascismo furioso. No nos quedaremos en silencio. Seguimos luchando en las calles por el fin del genocidio”. Ciertamente, hay en las calles de Israel grupos de manifestantes, pertenecientes a asociaciones pacifistas, que no dejan de protestar ante aquella barbarie, aunque sean grupos minoritarios. Personalmente suelo tener noticias fehacientes de ello a través de mi estimado Javier de la Puerta, un profesor residente en Jerusalén. Pero lo que me gustaría saber, y para eso el periodismo debería ser la herramienta -siempre que no estuviera al servicio de los genocidas-, es el pensamiento y el sentimiento de los soldados israelíes que se han negado y se niegan a participar en la barbarie que cometen sus compañeros. “Es un crimen de guerra. Rechazo ser responsable de eso", declaró Yuval, otro de los soldados que se sumó a lo que en la noticia se califica de una ola creciente de disidencia. Me pregunto si de toda esa ola se desprenderán unas pocas voces que puedan ofrecer su testimonio ante la Corte Internacional de Justicia, el organismo de la ONU que, como se sabe, dictó órdenes de detención contra el primer ministro israelí y su ministro de Defensa por presuntos crímenes de guerra.
ISRAELÍES CONTRA LA MSACRE
DdA, XXI/6.006
No hay comentarios:
Publicar un comentario