lunes, 2 de junio de 2025

GRETA THUNBERG CRUZA LAS LÍNEAS DEL PODER RUMBO A GAZA

Ningún gran medio habla de ella. Ninguna institución la invita. Ningún dirigente la menciona. ¿Y sabéis por qué? Porque Greta ha cometido el “pecado” de tener principios. Porque no se ha quedado en el ecologismo vacío, despolitizado, funcional al statu quo, sino que ha entendido que la defensa del planeta no puede desligarse de la defensa de la vida humana, de la justicia y de la dignidad. La activista climática Greta Thunberg y otros 11 activistas zarparon este domingo por la tarde rumbo a Gaza en un barco destinado a "romper el asedio israelí" sobre el devastado territorio, según informaron los organizadores.

El velero Madleen -operado por el grupo activista Coalición de la Flotilla de la Libertad- embarcó en el puerto siciliano de Catania, en el sur de Italia. La estrella de 'Juego de Tronos' Liam Cunningham y la eurodiputada francesa Rima Hassan también se encuentran entre los pasajeros. Hassan tiene prohibida la entrada en Israel debido a su oposición activa a los ataques israelíes contra Gaza

El objetivo es llegar a las costas de Gaza en un esfuerzo por llevar algo de ayuda y aumentar la "conciencia internacional" sobre la ofensiva israelí y la actual crisis humanitaria en la Franja, dijeron los activistas en una conferencia de prensa el domingo, antes de su partida.

"Lo hacemos porque, sean cuales sean las adversidades, tenemos que seguir intentándolo", declaró Thunberg, que rompió a llorar durante su discurso. "Porque en el momento en que dejamos de intentarlo es cuando perdemos nuestra humanidad. Y no importa lo peligrosa que sea esta misión, no es ni de lejos tan peligrosa como el silencio del mundo entero ante el genocidio retransmitido en directo", añadió.


Manu Pineda

¿Os acordáis de Greta Thunberg? Aquella joven sueca que se convirtió en símbolo planetario de la lucha contra el cambio climático, que inspiró a millones de jóvenes cada viernes bajo la consigna de Fridays for Future. ¿Os acordáis de cómo los poderosos del mundo —presidentes, primeros ministros, CEOs de grandes corporaciones, incluso reyes y reinas— se peleaban por aparecer en una foto con ella, por figurar como aliados de una juventud movilizada por el futuro del planeta? ¿Recordáis cómo los medios la convertían en portada y altavoz, cómo las instituciones internacionales le abrían sus puertas para que hablara en foros como la ONU? Pues bien, esos mismos que la encumbraron, hoy la han condenado al ostracismo. Ningún gran medio habla de ella. Ninguna institución la invita. Ningún dirigente la menciona. ¿Y sabéis por qué? Porque Greta ha cometido el “pecado” de tener principios. Porque no se ha quedado en el ecologismo vacío, despolitizado, funcional al statu quo, sino que ha entendido que la defensa del planeta no puede desligarse de la defensa de la vida humana, de la justicia y de la dignidad. Porque Greta ha denunciado el genocidio en Gaza, ha participado en manifestaciones por Palestina, ha exigido el alto al fuego y el fin de la ocupación israelí, y porque ha embarcado no una, sino dos veces en la Freedom Flotilla, esa caravana marítima solidaria con el pueblo palestino que desafía el bloqueo ilegal y criminal impuesto por Israel con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea. Ahí se rompió el hechizo. Ahí se acabó la simpatía. Cuando Greta hablaba del derretimiento del Ártico, los poderosos asentían con cara de preocupación. Pero cuando Greta denuncia el apartheid israelí, la ocupación, la limpieza étnica, los bombardeos sobre hospitales y escuelas en Gaza, la tachan de extremista, radical, “controvertida”. La misma Greta que antes era portada de Time y oradora en Davos, hoy es ignorada y silenciada. ¿Por qué? Porque se atrevió a señalar con nombre y apellido a los verdaderos responsables de la destrucción, no solo del medio ambiente, sino también de pueblos enteros: los que bombardean, colonizan, saquean y matan en nombre de un orden global imperialista. Y esto nos debería hacer reflexionar. Porque revela el tipo de “activismo” que el sistema tolera y promueve: uno inofensivo, superficial, despolitizado. Greta fue útil mientras canalizaba la protesta juvenil hacia un ecologismo simbólico, gestionable. Pero en cuanto cruzó las líneas rojas del poder —al señalar a Estados Unidos, a Israel, a la Unión Europea—, se convirtió en persona non grata. Se hizo incómoda. Se volvió peligrosa. Porque un verdadero compromiso con la justicia climática implica también un compromiso con la justicia social, con los pueblos oprimidos, con el fin del colonialismo y la dominación. Y eso, los poderosos no lo perdonan.#StopGazaGenocide #FreePalestine #FreedomFlotilla #GretaThunberg.

DdA, XXI/6.003

1 comentario:

JOSÉ IGNACIO dijo...

Todavía seguirán señalándola como una "woke" que habla "de papu sanu"...

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