lunes, 16 de junio de 2025

"EL JUEGO DEL REY", POR UN CINE POLÍTICO ASÍ EN ESPAÑA

















Félix Población

Vuelven en España los tiempos proclives a que la corrupción pueda decidir el transcurso del devenir político, tiempos que nunca se fueron en realidad, desde hace al menos dos décadas, dos, que se dice pronto, siendo día a día materia fundamental de la actualidad sobre la que se amontonan filtraciones y exclusivas. 

El bipartidismo corrupto se ha puesto una vez más en candelero y el aficionado al cine tiende a buscar algún thriller político que responda a los que en nuestro país no deja de ser el pan de cada día. Lo que pasa es que, en España, este tipo de cine brilla por su ausencia, aunque sea tanto el material disponible para abordar un guion que, aunque no sea tan bien estructurado como el de Nikolak Arcel, nos mantenga interesados por el discurrir del film dirigido por el propio Arcel, El juego del rey, una coproducción danesa-sueca muy recomendable. 

En la película se nos da cumplida cuenta del papel manipulador que pueden jugar los medios en pro de los intereses de poder de quien aspira a ser líder de un partido, tras el accidente sufrido por quien lo lideraba y era, a su vez, aspirante a primer ministro en las elecciones en curso. El accidente trastoca la campaña electoral en marcha, cuando las encuestas son claramente favorables a ese partido, y entre los aspirantes se desarrolla una rivalidad sin cuartel para suceder a quien no va a sobrevivir.

En principio se cuenta para ello la colaboración de un joven periodista al que se le embauca con una falsa exclusiva para halagar su vanidad, si bien luego rectifica y hace todo lo posible por contribuir al desenmascaramiento de quien iba a suceder al líder fallecido. Cínicamente, quien aspiraba a presidir el gobierno, confía en que el éxito final del periodista se olvide en dos semanas para seguir su andanza hacia el poder. 

Un cine como este de Arcel en El juego del rey parece inimaginable en España, pero sería de mucha utilidad pública y hasta en cierto modo terapéutico, sobre todo teniendo en cuenta que el país chapotea en corrupción desde hace demasiado tiempo y nos gustaría contar de vez en cuando con una historia tan aleccionara como la que de modo tan  excelente se cuenta en esta película.

DdA, XXI/6.012

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