jueves, 15 de mayo de 2025

MUJICA Y LA IZQUIERDA ESPAÑOLA: ES UN DISPARATE QUE LA IZQUIERDA NO SE PUEDA JUNTAR

De la entrevista publicada por la revista CTXT hace dos años por estas mismas fechas con el expresidente de Uruguay José Mujica, recientemente fallecido, firmada por la periodista Ana María Mizhrai (Si la izquierda no es capaz de construir unidad no podrá defender los intereses de los postergados),es de interés recordar lo que dijo respecto a la gestación y formación del Frente Amplio en su país -todo un ejemplo-, así como lo que comentó a propósito de la falta de unidad de la izquierda en España, bien patente entonces en nuestro país. Entonces como mucho más ahora, que se nos ha ido Mujica, es de considerar esta respuesta por cuantos lloran desde la izquierda su fallecimiento:


"Este es un problema crónico en la izquierda. España pagó un precio trágico en su historia, porque en el sostenimiento de la República, cuando las papas quemaban, la confrontación entre comunistas, socialistas y anarquistas le quitó fuerza para defender a la República y enfrentar al franquismo. Pagó un precio histórico y también le pasó a la izquierda alemana en Europa, la confrontación entre comunistas y socialistas tuvo tal carácter que le abrió las puertas al avance del nazismo. Sí, la humanidad ha pagado por la ceguera de la izquierda por el alto valor que tiene la parte frente a la importancia que tiene el todo, ha pagado un precio histórico tremendo, y sería bueno que los militantes de hoy conozcan un poco mejor su propia historia, porque la historia no se repite pero hay que aprender ciertas cosas. Las generaciones tienen derecho a cometer los errores de su tiempo, pero no pueden cometer los errores del pasado, porque entonces hemos vivido inútilmente. Es un disparate que la izquierda no se pueda juntar y es un disparate no sólo para la izquierda, lo es para el destino de las grandes desigualdades que hay en la sociedad, porque tenemos que pensar y tener una actitud empática. Podemos tener muchos defectos y muchas limitaciones, pero cualquier gobierno de izquierda, por malo que sea, siempre va a tender a acordarse de lo más postergados en la sociedad. Es decir, quien tenga simpatía por la cuestión humana, por el sentimiento de igualdad, tiene que darse cuenta de que en política también tiene que haber una ética que va más allá del poder y de la conveniencia, y de los puntos de vista que puede tener. No se puede construir una herramienta importante que empieza en la realidad si cada cual va por su lado, hay que sumar fuerzas y ese sumar fuerzas significa que quedan cosas por el camino, que quedan cosas que nos la tenemos que tragar, que no es idílico pero que, en definitiva, a los más débiles de la sociedad le conviene y no militamos por nosotros, militamos por un sentimiento de empatía hacia los más postergados que hay en la sociedad. Si la izquierda no es capaz de construir unidad, no tendrá el peso ni las herramientas para defender los intereses de la gente más postergada en la sociedad. Lo que pasa es que se nos entrevera la vanidad humana, no somos tan perfectos, somos lo que somos, pesan mucho los personalismos y los puntos de vista. A veces la pasión que nos generan esas confrontaciones nos hace olvidar para qué estamos. No estamos solo para discutir programas en un café o en un torneo de carácter intelectual, estamos para servir a la gente más postergada, porque nuestro hilo conductor más profundo es que pertenecemos a esa pata que planteaba la revolución francesa, igualdad, y sabemos perfectamente que en las sociedades contemporáneas, podrá haber todo lo que se quiera, lo que menos hay es igualdad, por lo menos en el derecho de partida".

DdA, XXI/5.988

No hay comentarios:

Publicar un comentario