El articulista hace memoria de las respuestas inmediatas que los gobernantes del Partido Popular dieron en su día a determinados hechos, y entre ellas, la del ministro de Defensa Federico Trillo, que podría dar conferencias al respecto por ordenar que los cadáveres de los fallecidos en el accidente del Yak-42 fuesen entregados a sus familias de manera inmediata, porque para aclarar si los restos entregados correspondían al familiar en cuestión siempre habría más tiempo y menos focos.
Gerardo Tecé
Dar con el origen de un apagón nunca es fácil. Hay parejas que se pasan años atrapados en una relación fundida a negro sin dar con un diagnóstico claro: ¿eres tú, soy yo, es el trabajo? Se tardaron siglos en llegar a la conclusión de que, cuando la luz desaparecía en pleno día, se trataba de un simple eclipse. Pasa en todos los ámbitos. Sin ir más lejos yo mismo llevo meses investigando el porqué de un apagón tecnológico que me lleva a rechazar últimamente todo lo que tenga que ver con las redes sociales, fundamentales para mi trabajo. ¿Será el agotamiento por la crianza? ¿Será la muerte reciente de mi padre? ¿Será hartazgo por años de exposición en esas redes? ¿Será que simplemente me parece mucho más interesante regar mis plantas que leer un hilo en Twitter o Bluesky? Sigo investigando el origen, pero sé que estas cosas llevan su tiempo, como indican los expertos que investigan qué provocó que España se apagase el último lunes de abril de 2025.
Que investigar los apagones lleve su tiempo no quita que los seres humanos necesitemos respuestas inmediatas para casi todo. Si no fuese así, las pilas no se hubieran agotado en los bazares hace una semana. En cualquier organización política tienen claro que hay dos formas de posicionarse ante la complejidad humana. La primera es tratar de entender cómo funcionan las sociedades para intentar mejorarlas, y la segunda es aprovecharse de la ansiedad individual. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, denunciaba en TVE que horas después del gran apagón, el Gobierno aún no hubiera dado respuestas. Según los expertos independientes, le respondía la periodista, se tardarán meses en analizar los datos que indicarán dónde estuvo el origen de lo sucedido. Un argumento, el del diagnóstico de los expertos, que podría parecer sólido, al que Tellado respondió con la solidez de quien nunca duda: digan lo que digan los expertos, los españoles quieren saberlo ya. No mentía la periodista ni tampoco mentía el portavoz. Claro que queremos saberlo. De haber vivido un eclipse hace siglos, Tellado declararía, con la inmediatez y seguridad que sólo los animales políticos como él atesoran, que aquello era cosa de los dioses cabreados con algún grupo de vecinos.
A la derecha española se le pueden achacar muchas cosas, pero no que tarde en dar respuestas. A los pocos minutos del peor atentado de la historia de España ocurrido un 11 de marzo, en el PP ya sabían que se trataba de ETA. Mazón supo antes y mejor que nadie, incluida la AEMET, que aquella tarde en Valencia sólo caerían cuatro gotas, así que lo anunció y se fue a comer. Rajoy tardó nada y menos en anunciar que lo que amenazaba las costas gallegas eran solo unos hilillos de plastilina y Ayuso supo, al minuto de saltar la noticia de los problemas legales de su novio, que no había delito alguno, sino que Hacienda le debía dinero. Sobre la importancia de dar respuestas inmediatas podría dar conferencias Federico Trillo, que ordenó que los cadáveres del Yak-42 fuesen entregados a sus familias de manera inmediata porque para aclarar si los restos entregados correspondían al familiar en cuestión siempre habría más tiempo y menos focos.
España merece un Gobierno que informe a la ciudadanía de manera inmediata, exige un Feijóo que de haber sido presidente durante el apagón ya habría dado las respuestas que todos esperamos y que aún no hemos recibido por parte de Sánchez. Ha sido Putin, declararía de manera solemne desde la escalinata de La Moncloa, salvo que mis socios de Vox protesten por este señalamiento a su amigo y entonces habrían sido las energías renovables. Así sí, murmuraría el ministro Miguel Tellado desde la sala de crisis y muchos españoles, que cinco minutos después de haberse ido la luz ya sabían que se trataba de un ciberataque ruso y que el apagón había sacudido a Europa entera, aplaudirían la celeridad en la respuesta. No hay nada más inquietante que la oscuridad. Y las mentiras, quieras que no, son fuente de energía.
CTXT
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