miércoles, 23 de abril de 2025

¿QUÉ QUISO DECIR Y NO DIJO FRANCISCO EN SU ADIÓS URBI ET ORBE?

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Lazarillo

Comparto el parecer de Ovidio Parades con relación a la avanzada edad en la que algunos escritores son considerados merecedores del Premio Cervantes, independientemente de que los hubo con sobrados merecimientos que no fueron galardonados (Mario Benedetti, Eduardo Galeano...). Si bien es cierto que hay entre quienes lo obtuvieron algunos que pese a su avanzada edad mantenían un buen aspecto, lo suficientemente saludable como para leer con una cierta energía su discurso, no me parece que en otros casos -como en el de Álvaro Pombo- la imagen sea la más saludable para el prestigio del premio. Con respecto a este escritor, sus merecimientos eran más o menos los mismos hace unos cuantos años, como lo son en la mayoría de los autores premiados antes de ser octogenarios. En parecido sentido, no me resultó nada piadosa, por parte de quienes la auspiciaron un Domingo de Resurrección, la imagen del Papa Francisco -visiblemente afectado por su enfermedad- apareciendo unos minutos el pasado domingo para dar la bendición Urbi et orbe y recibir los aplausos de la muchedumbre en la Plaza de San Pedro. Muchos nos quedamos con la intriga de saber qué le susurraba con insistencia al pontífice uno de sus oscuros acólitos, a la vez que nos condolió la frustración que en un último gesto pareció expresar el rostro de frustración y apagamiento de Francisco al despedirse de los fieles. Tengo la sensación de que nos secuestraron sus últimas palabras. Nunca lo sabremos.

DdA, XXI/5.967

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