viernes, 25 de abril de 2025

¿POR QUÉ PENSAMOS QUE LA FUMATA BLANCA PUEDE SER REGRESIVA?

 


Félix Población

Titulaba ayer El País una de las crónicas desde Roma que publicaba el periódico a propósito del fallecimiento del Papa Francisco que éste había cambiado la brújula geopolítica de la iglesia católica. Durante su pontificado, señalaba el diario, chocó con el actual presidente de Estados Unidos durante su primer mandato, sobre todo en lo que respecta a su política exterior, trato de acercarse a China y buscó complejos equilibrios en Ucrania. Hace cuatro años visitó Irak y criticó los brutales ataques de Israel contra la Franja de Gaza, solicitando incluso una investigación por genocidio contra el pueblo palestino. Obviamente, el diario de PRISA entrecomilla el sustantivo genocidio en uno de los ladillos, quizá porque tal sustantivo no consta en la línea editorial del periódico. No hay que olvidar, tampoco, que Francisco se entrevistó con los familiares de los ciudadanos israelíes secuestrados por Hamás en los ataques del 7 de octubre de 2023 que dieron lugar a la masacre israelí, en la que, según datos que podrían ser menores a los reales, fueron asesinados más de 15.000 menores palestinos. En ese encuentro, en el que también estuvieron presentes parientes de palestinos afectados por la invasión de su territorio, éstos contaron que Francisco sí habló de genocidio (sin comillas), originando un revuelo diplomático entre Israel y la Santa Sede.

Pues bien, llegados a los prolegómenos del cónclave que decidirá el nombramiento del próximo pontífice de la iglesia católica, y aun sabiendo que de todos los cardenales una mayoría (135) fueron nombrados por el Papa Francisco, parece que hay indicios de que una sucesión en la línea marcada por Bergoglio es bastante cuestionable. Puede que en esto influyan por un lado los derroteros conservadores que se advierten la política internacional, con Trump y la importante iglesia católica estadounidense a la cabeza y, por otro lado, la histórica y acomodaticia postura política de El Vaticano. Leyendo a los analistas, se tiene la impresión de que el diagnóstico se inclina más a lo que expresa Álvaro Noguera en su viñeta que a la posibilidad de que Francisco tenga un continuador en la figura de un cardenal que represente aquellas partes del mundo donde la iglesia católica está más viva, que no es la en la vieja Europa ni en Estados Unidos, por supuesto. Esta parece ser la preferencia del cardenal sueco Arbelius, que con todo su papable nombre descarta la posibilidad incluso de ser papable.

EL CARDENAL QUE  ANUNCIA UN CISMA SI HAY MÁS FRANCISCOS

"No es posible la relación sexual de los divorciados en una nueva unión civil”. Fueron las palabras que el cardenal Gerhard Ludwig Müller, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pronunció el 4 de mayo de 2016 en Asturias en una conferencia que dio sobre familia en el Seminario de Oviedo. "Para recibir la comunión en la eucaristía, esas personas deben abandonar la nueva unión o vivir con la otra persona como si fueran hermanos", señaló Müller en un acto promovido por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) y el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, afín a esa línea. Ese mismo cardenal, al que Francisco no renovó tras su ciclo de cinco años como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo en el que había sido nombrado por Benedicto XVI, es el primero que ahora, antes incluso de que celebren las exequias papales por Bergoglio, se ha posicionado claramente a favor de una vuelta al tradicionalismo en el inminente cónclave. Lo ha hecho con rotundas palabras en una entrevista en "The Times", donde advierte de la posibilidad de un cisma si hay una línea continuista respecto a Francisco.

DdA, XXI/5.969

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