Este Lazarillo acaba de ver las imágenes de un par de ciudadanas manifestándose en un gran estadio de Estados Unidos a favor de la libertad del pueblo palestino, con la correspondiente bandera o pancarta que ni siquiera se ha podido llegar a ver por impedirlo la policía que expulsó a esas dos mujeres del estadio. Es de esperar que no hayan sido detenidas. Mientras ocurría esto, la mayoría del público asistente gritó Palestina libre, pero a las dos ciudadanos que provocaron esa reacción se las dejó sin voz. El profesor Enrique del Teso ha tenido la amabilidad de comentar esas imágenes con el titular que encabeza este post. Eliminar las libertades para proteger el asesinato en masa, según consta en el vídeo, es el mal absoluto.
"Hace un año escribí sobre Israel y Gaza al saberse que algunos equipos de investigación de la Universidad de Oviedo trabajaban con empresas israelíes en proyectos con posible aplicación bélica*(https://www.nortes.me/2024/04/03/gaza-universidad-y-todos-nosotros/). Las imágenes del vídeo me sugieren algo de lo que dije entonces. A veces la racionalidad, la emoción y la moralidad se llevan mal entre sí. Pero este es uno de esos casos en que lo racional, lo emocionalmente perturbador y lo moralmente indefendible en todos los códigos coinciden en lo mismo: lo de Israel es ilógico, sobrecogedor y malvado. En conflictos envenenados, la moral se extravía en vueltas y revueltas. El que quiera buscar en este largo conflicto episodios que justifiquen a Israel o a Hamás las encontrará, con los sesgos habituales. Pero la maldad insuperable de asesinar a niños a cientos y a adultos a miles cada día, con el fin expreso de hacer desaparecer a un grupo humano no admite moralidades complejas de ecuaciones con muchos factores. Está mal, inadmisiblemente mal, sin más consideraciones. No se puede negar que en occidente el conflicto genera controversias. En España es evidente la simpatía por Palestina, pero no es unánime ese punto de vista. Es parte del debate público, por encrespado que sea. Esas imágenes muestran algo añadido al conflicto y genocidio en marcha. Muestran al fascismo. La intervención de cuerpos armados para impedir una elemental libertad de expresión, en este caso de denuncia y exigencia, es, con todo lo demás que está pasando, un capítulo del fascismo. Todos sus apartados son malignos, pero este es especialmente execrable: eliminar las libertades para proteger el asesinato en masa. Ese vídeo, debidamente contextualizado, es la imagen del mal absoluto".
DdA, XXI/5.961
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