domingo, 9 de marzo de 2025

MAL DETALLE DE LA BIBLIOTECA JOVELLANOS DE GIJÓN

La autora de un libro descatalogado ha dejado constancia con una breve y precisa reseña en Google del maltrato que han sufrido tanto ella como un ejemplar que ha pretendido donar a la Biblioteca Pública Jovellanos de Gijón, con el que tanto esa escritora como este Lazarillo tenemos vínculos sentimentales. Ese mal detalle refleja una flagrante desconsideración hacia quien se había tomado la molestia de buscar el único ejemplar disponible, abonar el precio correspondiente y llevarlo en persona a la Biblioteca Jovellanos, en donde había presentado en su día el libro. ¡Un poco más de sensibilidad, por favor, entre quienes tienen la responsabilidad de la cultura en este país! Dice quien firma la aludida reseña como Dada Dudarme:  


Gran decepción! Hace unos meses, les doné un libro que está descatalogado, incluso me identifiqué como la autora del mismo al intentar entregarlo. Era el último ejemplar que quedaba, lo pedí expresamente a una librería de Málaga y pagué, además de su precio, los gastos de envío.

Lo llevé a esa Biblioteca, donde tuvo lugar la presentación en su día, por puro sentimentalismo, para que se pudiera leer en préstamo, ya que resulta imposible adquirirlo. Lo llevé en persona personalmente (al más puro estilo Catarella) sin que nadie me explicase qué iban a hacer con él. No puedo decir que lo recogieran porque me mandaron dejarlo en un carrito vacío, como los del súper, que estaba en el pasillo, a merced de cualquiera. Pensaba que le pondrían una etiqueta y me darían las gracias. Estuve a punto de dar media vuelta y volver a cogerlo y ¡ojalá lo hubiera hecho!
Hoy me he enterado de que los libros donados [A] la biblioteca Jovellanos son, en realidad simples libros donados [EN] la biblioteca Jovellanos y que pueden ir a parar a cualquier biblioteca o a ONG, pues no siempre tienen la suerte de quedarse en esa biblioteca de Gijón a la que les llevé el último ejemplar de un libro descatalogado para que se quedara a vivir en ella.
De haber sabido que iban a "redonarlo" a otra biblioteca o a una ONG (¡quién sabe donde!), evidentemente, no me habría tomado la molestia de llevárselo a ustedes personalmente, lo habría donado directamente al contenedor azul, el del de papel, ya saben, que me queda más cerca".

DdA, XXI/5.926

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