Félix Población
Ya tenemos a la extrema derecha nuevamente como segunda fuerza política en Alemania, tal como se esperaba del resultado de las elecciones celebradas ayer en aquella república con un alto y sorprendente porcentaje de participación. Se podría pensar que muchos de los electores que se decantaron por Alternativa por Alemania se sintieron atraídos por las urnas ante la posibilidad de que la extrema derecha pudiese vencer en los comicios, o que los electores de otras formaciones políticas se movilizaran pensando lo mismo. Lo cierto es que ha fracasado la socialdemocracia y ha triunfado el voto conservador, sin que ello quiera decir que vaya a darse una alianza entre el CDU y la extrema derecha (descartada ya por los vencedores), algo que sí está ocurriendo en España en algunos gobiernos autonómicos y que sin ninguna duda ocurriría de darse un resultado como el registrado en Alemania. Bien lo sabe Trump, que ayer le dio parabienes a Santiago Abascal, aunque lo llamara Obiscal. También Elon Musk, que respaldó al partido Alternativa por Alemania, recibió ayer al líder de Vox, dando a entender que quizá contaría igualmente con su apoyo cuando se celebren elecciones en nuestro país. Es lo que se comenta en los mentideros de la extrema derecha española, que si ya ahora, sin perspectivas electorales de por medio, cuenta Vox en la Casa Blanca con estos atisbos de simpatía, qué no será cuando las haya. Por eso, lo que se pretende en las dependencias internas del partido de Abascal es mantener la cohesión a toda costa, a pesar de las trifulcas que afectan a Vox desde hace meses. Dicho en plata: no vayamos a joderla ahora que Musk nos ama. Obviamente, en el Partido Popular podrían estar acongojados si nos les quedara Ayuso en la recámara extrema.
DdA, XXI/5.916
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