Félix Población
Ayer, en el último programa de Lo de Évole, el periodista buscó el testimonio de algunos familiares de las víctimas que fallecieron abandonadas en las residencias de ancianos de Madrid durante los primeros meses de la pandemia de COVID. Al programa le faltó la representación de los responsables de los llamados protocolos de la vergüenza, cursados por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, sí quiso intervenir indirectamente, a distancia, a posteriori y sin dar la cara, el asesor en jefe de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, que llegó a afirmar en su cuenta de X que la hija de una de esas víctimas no tuvo a su madre en una de las residencias madrileñas, algo que si ha demostrado de inmediato Manuel Rico, periodista de Infolibre y autor de un documentado libro sobre tan negra página de la historia reciente de este país. Obviamente, también la asociaciones Marea de Residencias y 7291:Verdad y Justicia han pedido la dimisión del jefe de gabinete de Díaz Ayuso por difamar a los familiares de las víctimas. Es absolutamente deleznable no sólo que el mencionado individuo pueda expresarse tal como lo ha hecho, sino que para hacerlo se haya parapetado cobardemente en su cuenta de X, después de ver en su casa el programa de Évole, siendo como es asesor de quien tuvo la máxima responsabilidad en la ejecución de los mencionados protocolos que dejaron morir en la soledad de sus habitaciones a miles de ancianos y ancianas, víctimas de una muerte cruel, doblemente cruel ante la ausencia de sus personas queridas. Cuesta mucho pensar que este individuo podría llegar a ser un cargo importante en un gobierno de derecha extrema en el palacio de La Moncloa con su actual jefa como presidenta, pero no acabo de quitármelo de la cabeza en estos tiempos trumpistas. Me ha parecido tímida la respuesta que Jordi Évole le ha dado al tal Rodríguez en X ante el vomitivo mensaje difundido por éste. Hay ocasiones en que hay que ser más rotundo y ésta era una, tanto en defensa de su proceder como periodista como en defensa -sobre todo- de la persona calumniada*.
*Que Rodríguez reconociera después que mintió, debería incluir pedir perdón a la persona a la que difamó.
DdA, XXI/5.911
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