Añado a lo escrito por mi estimado amigo, que me parece muy oportuno y necesario de constatar, el empeño que algunos medios de información de Asturias ponen cada víspera de jornada futbolística en participar a sus lectores no sólo la información propia del partido correspondiente, sino el equipo que presentará el Sporting esa jornada "para ganar" a su adversario de turno, como si la información consistiera en mostrar tan manifiesto partidismo sin respetar deportivamente las posibilidades del equipo contrario. Este Lazarillo ha llegado a pensar que tan descarada falta de objetividad en los titulares genera más humo en los futbolistas locales que propósitos de victoria, dado que ésta no siempre se logra.
Manuel Goti del Sol
El grupo empresarial Orlegi es el actual propietario del Sporting. Su ámbito de negocio va más allá del fútbol (en México es dueño de dos equipos, Atlas y Santos Laguna) y se extiende a los seguros, industria agroalimentaria y gestión inmobiliaria. Nunca me picó la curiosidad de indagar en los entresijos empresariales de esta gente pero hoy lo hice, fisgando un poco en su web corporativa. En ella, lo más destacable es la proliferación de frases rimbombantes que decoran todo el contenido. La que más me llamó la atención es la que figura como cabecera, lo primero que uno se encuentra: Grupo Orlegi. Generamos negocios con propósitos. No se me ocurre otra más vacía de contenido. Solo faltaba que alguien emprendiese negocios con la finalidad de orientarse hacia los despropósitos.
Verdaderamente, viendo la trayectoria de esta gente a lo largo de estos casi tres años, la frase que se debería colocar (al menos para definir su presencia en Gijón) sería: Grupo Orlegi. Generamos humo para su venta.
Pásanos poco.
DdA, XXI/5.894
2 comentarios:
Me parece que, después de los treinta años de nefasta gestión de los Fernández (al frente de lobby local de la construcción y la reprografía aupado al Consejo de Administración del club por el Ayuntamiento de Gijón -uno de los debes de Tini Areces, cuya figura por otra parte tanto crece en el recuerdo con la década y media de parálisis que padecemos en la ciudad) que incluyen, aparte de la dilapidación del auge deportivo para hundirse en la mediocridad, la incapacidad económica para gestionar nada, llevando al club por dos veces a causa de disolución (salvada la primera con el patético "¡véndovos Mareo!" del pintoresco empleado de banca contratado como contable de FERPI y recientemente fallecido Juan Pérez Arango, con la connivencia de Paz Fernández Felgueroso y la fundación de aquel grupo inversor irónicamente llamado "Por el Futuro y la Estabilidad del Club" que derivó en la segunda causa de disolución, salvada a toque de campaña por la intervención entrando con capital en dicho grupo del condenado por estafa y poco recomendable personaje sevillano -arquitecto, constructor, empresario taurino, presidente del Sevilla, efímero novio de Sofía Mazagatos, condenado por cohecho en la "Malaya" marbellí...- José María González de Caldas -que acabaría reclamando a los Fernandez la mayoría en el grupo inversor y consiguiente propiedad del club dando origen a un pequeño culebrón judicial-)... Arrastrando la imagen del club (antes tan respetada en toda España, incluyendo las dos Copas Stadium al fomento y la promoción del deporte en los años 1979 y 1981) por los medios, con el culmen de aquella vergonzante cámara oculta de la televisión valenciana en la que Alfredo García Amado y Pepín Fernández trataban de convencer a un supuesto comprador del club señalándoles que los beneficios no eran los directos, sino las enormes posibilidades de negocios particulares -aquí los "propósitos" estaban claros aunque se hablase de ellos en las sombras- que abría la propiedad por la influencia en el entorno político inmediato... Y llevar al club al borde de la caída en el fútbol no profesional.
Superar esa historia de décadas (en lo nefasto) es casi imposible, una historia posibilitada porque "eren gijoneses" frente a Manuel Calvo (que siendo coruñés llevaba tiempo aportando dinero al club a través de la proliferación de anuncios de su conservera, había sido el máximo accionista individual en la conversión del club en SAD y quería asumir la gestión), lo que supuso "borrar del entorno del club" a quienes habían invertido en el proceso (sobre todo Enzo Ferrero que, siendo argentino, decidió retirarse en Gijón -renunciando incluso a prolongar su carrera con ofertas para seguir en Alicante-, fue el único jugador con una inversión personal relevante -más de tres millones de la época- en la transformación societaria, apoyó a Calvo y, por ello, pasó a ser ninguneado hasta la llegada de la actual propiedad). Orlegui es, evidentemente, un grupo inversor que por supuesto pretenderá hacer negocio, pero de momento lo único que ha hecho es poner dinero, primero para pagar una cantidad considerable al grupo inversor de los Fernández (que el futuro y la estabilidad del club no lo garantizó, pero el suyo sí), otra más asumiendo casi en solitario una ampliación de capital que diese un poco de margen en el límite salarial del primer mercado e iniciar un proceso de profesionalización en la base del club con criterios claros (aunque pudiesen resultar discutibles en algunos casos). De momento, no se ha visto su negocio por ningún lado y, como demuestran las actuaciones de la LFP, manejan incluso las relaciones de tránsito de jugadores entre los clubs de su propiedad con reflejos contables precisos a precios de mercado (a diferencia de otros clubs con dueños con multipropiedad como el Oviedo, que ha sido advertido por su actuación en casos como los de Colombatto, Seoane o Alemao)... Por otra parte, la propiedad ha logrado multiplicar los ingresos no vinculados directamente a su producto (supuesto espectáculo deportivo), ingresos por abonos, entradas y televisión, con subidas muy notables del marketing y las entidades colaboradoras, a la vez que hacía inversiones en instalaciones deportivas que ni siquiera son de su propiedad (el estadio, con palcos o servicios de comida, y Mareo, renovando casi totalmente las instalaciones para hacer una Escuela de Fútbol de nuestro tiempo)... Por otra parte, se está invirtiendo el margen salarial disponible con aceptable criterio (cada vez mejor y casi excelente, por rendimiento, en este último año), pero es un límite salarial medio en la categoría. Es lo que hay. ¿Cabe esigirle al grupo más esfuerzo inversor para aumentar el límite?. Tal vez, pero el criterio de que hay que logra un proyecto sostenible en el tiempo me parece de total razón...
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