Fulgencio Fernández
A veces lo más sencillo golpea con más fuerza los sentimientos, las conciencias. Es lo que ocurre, por ejemplo, si subes a la segunda planta del edificio de la Fundación Sierra Pambley en Villablino (León) que acoge la exposición ‘Esclavos del carbón’, montada por el Club Xeitu y que acompaña, o viceversa, al libro del mismo título. Accedes a una amplia sala, de blancas paredes, en la que se suceden alrededor de 50 retratos, con un nombre, una localidad natal y los años que trabajaron ‘de esclavos’ en la MSP. Un altavoz va diciendo sus nombres. Sin más aditamentos.
Y así, en sencillo bucle que te golpea la mente, los nombres, trabajos y años que estuvieron en los dos destacamentos penales que hubo en Laciana, de los cuatro que están documentados que hubo en la provincia de León y ha sido en buena parte ‘recuperada’ su memoria por el Club Xeitu de Villablino para el libro (ya a la venta) y la exposición (visitable en la actualidad en la Fundación Sierra Pambley de Villablino).
Tres
de los miembros del Club
Xeitu que han
trabajado directamente en la recuperación de estas imágenes y biografías —Víctor del Reguero, Javier Molina y Ángel Gancedo- reconocen que se trata de «una
asignatura pendiente para nosotros (Xeitu) y los lacianiegos, pues es una parte
de nuestra historia muy olvidada. Se había hablado de ella pero de una manera
vaga ante la escasa documentación existente, pero hemos ido reconstruyendo el
puzle y ha sido posible montar la exposición y el libro sobre los dos
destacamentos penales que hubo en Laciana de los cuatro que funcionaron en
León. Recuperamos los datos, con sus edificios y el sistema de redención de
penas que se les aplicaba a aquellas 245
personas, mineros de distintas categorías que eran realmente esclavos, de ahí el título, aunque la
documentación del franquismo habla de un régimen de semilibertad».
Una
semilibertad que los investigadores no han visto como tal pues, explican, su
régimen de vida no tenía nada de libertad: «Mineros republicanos convertidos en presos, prisioneros
de guerra o presos políticos por ‘delitos’ como haber pertenecido a un sindicato o haberse pasado
a Asturias, en
el caso de los lacaniegos. Vivían en los barracones de los dos destacamentos
penales de Orallo y Villaseca de Laciana (colonias penitenciarias, les llamaban) y conducidos a trabajar
escoltados por las llamadas fuerzas del orden del régimen».
Una
prueba de la dureza de este régimen de ‘semilibertad’ es la espectacular
fotografía utilizada en el cartel de la muestra en el que se ve a los mineros
siendo conducidos al trabajo y los familiares acudían a una empalizada pera
verlos pasar y saber de ellos».
Toda
esta documentación puede verse en la planta baja de la exposición, presidida
por la maqueta de uno de los destacamentos penales, el de Orallo, y, por
supuesto, en el libro.
Destacan
los miembros de Xeitu que la reconstrucción de este puzle les ofreció un
añadido cargado de emotividad, el aspecto humano, la relación con los
descendientes de aquellos
mineros represaliados que
vieron cómo se iba a recuperar
y honrar su memoria.
«Xeitu acudió a las redes sociales para ofrecer y buscar información. Así fue
como hemos contactado nosotros con descendientes de aquellos mineros pero
también otros se pusieron ellos en contacto con nosotros, para contarnos su
historia. El aspecto humano de su recuperación creemos que es importante, al
margen de la causa política».
LA NUEVA CRÓNICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario