«Un día, me dio por transformar cosas pequeñas; transformaba un dolor en coma; convertía un alivio en signo de exclamación; transformaba una esperanza en interrogación. Me gustó. Me sentí medio hechicera.» Lygia BOJUNGA NUNES: Fragmento de “El trueque y la tarea”, cuento publicado en el libro Tchau, 1984 (Adiós, 1987).
José Ignacio Fernández del Castro
Acaso, aquí y ahora, ante la presión del oprobio globalizado, como víctimas del miedo instrumental, desde el desgarro por el hurto de nuestros propios imaginarios colectivos, sólo podamos aspirar a “transformar cosas pequeñas”. Convertir los pequeños dolores en trágicas comas, los placeres más comunes en éxtasis sublimes, los mínimos alivios en gloriosas exclamaciones, los desánimos cotidianos en profundas quiebras, las esperanzas confusas en interrogantes radicales, las desesperaciones más habituales en rebeldías absolutas...
Transformaciones sencillas y humildes, pero, sobre todo, hechas con la voluntad inequívoca de extenderse, de ser más y más colectivas, de hacerse parte de “lo común”... Porque ese es, probablemente, el único hechizo que, frente a tantas retóricas legitimadoras de los intereses de los amos del mundo, nos puede sacar de ésta. Desposeídos hasta del miedo.
DdA, XX/5.872
No hay comentarios:
Publicar un comentario