lunes, 6 de enero de 2025

EL EXTRAÑO SILENCIO DE MARIBEL VILAPLANA


Lazarillo

Desde que se supo que el president de la Generalitat de Valencia, que ha tenido el cuajo de disfrutar de estas fiestas como tal a pesar de las repetidas y multitudinarias manifestaciones que se celebraron en Valencia pidiendo su dimisión, estaba de largo almuerzo en el restaurante El Ventorro en lugar de encabezar lo que fue una tardía y negligente gestión frente a las riadas que sufrió aquella provincia, hemos asistido a sucesivas y falaces versiones acerca de tal ausencia por parte de Carlos Mazón. Lo más extraño del caso es que, sabiendo que Mazón compartió mantel con la periodista Maribel Vilaplana, a la que al parecer ofreció la dirección de la televisión autonómica valenciana, la única versión que llegó hasta nosotros de esta señora acerca de tan polémico almuerzo, que ha suscitado todo tipo de comentarios e informaciones, fue a través de una "fuente autorizada". Extrañó bastante el silencio de esta periodista entonces y aún más extraña ahora, sin que sepamos de ningún medio que haya intentado conocer directamente lo que Vilaplana puede aportar a lo mucho dicho y publicado. Este Lazarillo no se puede creer que haya habido una falta de interés mediático por la coprotagonista de aquel almuerzo, ni que la periodista valenciana no haya recibido reiteradas peticiones para que rompiera su silencio. Negándose a que los medios de comunicación le pregunten, Maribel Vilaplana impide posiblemente saber o indagar en por qué Carlos Mazón tardó cinco horas en ocupar su puesto mientras miles de valencianos hacían frente a una tragedia que ya en ese momento se empezaba a contabilizar en vidas ahogadas por la riada. También nos falta saber cómo lleva la periodista ese silencio teniendo en cuenta lo ocurrido. 

DdA, XXI/5.873

1 comentario:

JOSÉ IGNACIO dijo...

Hay silencios más elocuentes que un largo discursos... Sin duda, tras es espectáculo de los cambios de versiones del president y sus allegados, la periodista (acaso aconsejada por poderes más altos y con mayor proyección futura) quiere evitrar tener que "ofrecer excusas" porque ya se sabe que "excusatio non petita, accusatio manifesta"... Así que mejor no ofrecer excusa alguna, aunque se pidan (pero no se sabe ni de nadie que haya hecho público que las ha pedido, en un demostración más del lamentable estado del periodismo como servicio público). El periodismo, en fin, ya sólo es un fiel servicio a los dueños de los medios (que son también los dueños del mundo).

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