domingo, 5 de enero de 2025

EL BUEN SEÑOR, SAVATER Y LA TÍA GORDA ESA

Justo Serna

Muy amablemente, José Luis Ibáñez me ha remitido el enlace a un post de X. En dicha entrada, una usuaria de la antigua Twitter, JuanitaBanana (@Alissonofabitch), critica acerbamente las gruesas palabras que emplea Fernando Savater para referirse a Lalachús.
La tuitera dice que Savater dice “…la gorda ésa”. Creo que JuanitaBanana se ha quedado corta, muy corta. Hay palabras aún más arrastradas, sin gracia alguna, sobre la persona a la que alude. Más concretamente, de Lalachús, el pensador donostiarra dice: “…el fino humor de la Bitelchús o como se llame la tía gorda esa…” En el resto de la columna reparte ultrajes a siniestro, aparte de defender la máxima polarización política*.
El pensador nos anuncia —como buen propósito para el nuevo año— ahondar y acentuar esta tarea de ofensa y humillación. A ella se va aplicar con mayor denuedo: a expresarse con ferocidad. A su juicio no hay que rebajar la furia de las palabras, estando Pedro Sánchez en el Gobierno, al que de cualquier manera hay que “suprimir” (políticamente).
El filósofo insiste en que es preciso hablar a las bravas, en que hay que denostar, para así contribuir a la caída del autócrata. “De modo que mi mal propósito de 2025 es aumentar cuanto pueda la ferocidad de mi polarización, que ya tantos me reprochan (hasta hay un buen señor que ha escrito todo un libro sobre el tema)”.
Imagino que ese “buen señor” soy yo, alguien “que ha escrito todo un libro sobre el tema”, es decir, sobre su deriva filosófica, ideológica y sobre su ira verbal. No importa. Se refiera a quien se refiera, el filósofo se muestra burdamente condescendiente con el autor de ese libro que ya rechaza sin haberlo hojeado. Con ello, confirma lo que hace tiempo sabíamos: que la realidad le importa un comino y que en él todo gira en torno a sí mismo, en torno a lo que el pensador llama sus “vicios”. ¿A qué alude? Pues a su yo presuntuoso, monstruosamente desproporcionado. No es posible salir de una identidad que padece tanta vanidad.
Lo lamento mucho por el buen señor, el señor Savater, que dejó la filosofía y la ética como amor propio para convertirse en un cíclope perdido. Su campo de visión se ha reducido tanto, que ya no distingue más que lo que su yo arrogante le deja entrever.

*Para quien tenga curiosidad en el texto, lo podrá encontrar en The Objetive, el medio que recogió algunos de los columnistas caducos del diario El País. La columna se titula Malos propósitos y exuda resquemores y resentimientos propios de la decadencia moral e intelectual. (Nota de DdA).

DdA, XXI/5.872

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