viernes, 20 de diciembre de 2024

LA CORRUPCIÓN BIPARTIDISTA Y SU ATENCIÓN MEDIÁTICA BIPARTIDISTA



Félix Población

Venimos asistiendo en las últimas semanas a un sustancial tratamiento mediático de la corrupción política que recuerda los tiempos más intensivos de esta lacra, que no ha dejado de ser materia de actualidad en la política española desde hace decenios. Este es un problema del bipartidismo hegemónico que, desde la desaparición de Ciudadanos y la reducción de Podemos a la mínima expresión en el Congreso de los Diputados, parece como si hubiera avivado otra vez con el mismo y airado denuedo propio de los dos partidos que se acusan mutuamente de corruptos. Sin embargo ahora, me parece observar en la ciudadanía un mayor distanciamiento hacia lo que ocupa el foco informativo principal de tertulias, editoriales y artículos en prensa, radio y televisión, harta probablemente del asunto. No es para menos. Desde que se quiso inútilmente incorporar a la corrupción bipartidista al partido morado por falta de pruebas, haciendo posible -junto a sus errores- su declive, es muy probable que entre un sector de la sociedad se empiece a entender que los casos de corrupción en el Partido Popular y en el Partido Socialista los utiliza una y otra formación, sobre todo, para atacar a su adversario, más que para depurar responsabilidades. Cada uno de esos partidos tiene sus medios de comunicación afines que respaldan esa política de desgate y que participan en la pugna, bien sea con exclusivas o con bulos, con suma y preferente dedicación. Nos gustaría leer en alguno de esos medios que la corrupción política no es problema del PP o del PSOE, sino del propio sistema bipartidista, que lleva haciendo agua muchos años. Lo peor es lo que se deriva de ese bipartidismo corrupto: una descreencia en la política muy peligrosa y que está siendo demasiado duradera para la democracia, el archisabido "todos son iguales" que, en este país al menos, seguimos teniendo oportunidad de comprobar que no es cierto. Hubo y hay un partido que sigue transitando por la vida pública española libre de esa lacra y al que la mayoría de los medios del bipartidismo contribuyeron  a desgastar con infundios y falsas acusaciones, que ahora alguno de ellos reconoce. 

DdA, XX/5.856

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