Sahira Ramírez
¡Hoy hubiera cumplido 81 años Luis Eduardo Aute! Este desayuno con él en Ciudad de México fue un regalo inmenso de la vida. ¡Afortunada y más! Lo vi llegar y nos dijo "¿Por qué no me avisaron que estaban esperándome? ¿Cuánto tiempo llevan aquí? Y yo, tímidamente atrevida -como siempre-, le contesto: "Llevo esperándote desde el 13 de septiembre del 1943". Pero "imagino que sólo compartimos día, no año", me dijo, y así empezamos la conversación.
Unas cuantas fotos después, se pidió un desayuno (coincidentemente el mismo que me había pedido yo 20 minutos antes) y empezó a charlar con nosotros. Habló de lo feliz que fue en el concierto del Auditorio Nacional del D.F., cuyo aforo de 9,000 personas llegó a las 7,500, con un público de todas las edades (según pudo constatar Giraluna) que coreaba sus canciones. Y pensar que casi asisto, pero a veces la vida se interpone...
Y la charla siguió, y nos bastaron "esos dos o tres segundos de ternura" para sentir que hablaba con alguien que conocía de antes. ¡Qué ser más interesante! ¡Qué lujo poder tenerlo cerca y escucharlo decir tanto con tan poco y absorber, y aprender, y llenarme de conocimiento por ósmosis! Nos preguntó cómo nos conocimos Cons y yo y le respondimos: "a través de facebook", "esa red social a la que eres alérgico", agregó Giraluna. Le dije que me parecían hermosas las palabras con las que había presentado a Serrat en el álbum "Entre amigos" con la canción "De alguna manera" y me dijo que, a pesar de que llevan mucho tiempo sin verse, es alguien a quien lo une un cariño entrañable.
Le pregunté que cuándo cantaría en Miami o en Nueva York y me contestó que tan sólo por no volver a repetir la horrible experiencia de lo mal que fue tratado en los aeropuertos de dichas ciudades, se juró no volver jamás. Fue entonces cuando le hice la pregunta de que cuándo iría a Dominicana y me dijo: "sólo he estado allí dos veces y no he regresado porque no me han vuelto a invitar". Y poco más... Entre tantas cosas que hablamos y cuyo texto se extendería en demasía (como si no fuera poco ya) le dije, cuando me preguntó si me dedicaba a la música, que no, que era una combinación de melómana-groupie y que la música era, entre otras cosas, mi mayor vicio pero también mi salvación.
Cierro los ojos y me digo nueva vez: "Shayra, eres una pajarita con suerte"... Porque poner punto final a ese viaje a México con semejante lujo para el alma y el cuerpo (porque me abrazó par de veces) ha sido algo increíblemente extraordinario. Gracias, vida, por darme tanto... Gracias, mi amapola, por hacer posible esta maravilla. Gracias, Eduardo, por dialogar sin 'monosílabos adormecidos', por ser tan sencillo, tan profundo, tan ser humano, tan de verdad, tan elocuentemente terrenal. 'Me va (irá) la vida en ello", en saborear desde este día de diciembre este mágico momento.
México, D.F., 8 de diciembre, 2015.
DdA, XX/5.770
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