viernes, 30 de agosto de 2024

EL BRAZO INCORRUPTO DE SANTA TERESA PASÓ ADUANA COMO "SALAZONES Y PESCA SALADA"

Desconozco si en El Vaticano tienen constancia de lo que se informa en este titular, cuando el brazo incorrupto que se conserva de la santa -junto a su corazón- en el Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora de Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, fue llevado a Nueva York por las monjas de esa congregación y para pasar la aduana hubo de ser declarado como mercancía perteneciente al apartado de "salazones y pesca salada". Este Lazarillo tiene el absoluto convencimiento de que nuestro cineasta Berlanga sí como el simpar guionista Rafael Azcona darían algo por asistir al diálogo que tuvo lugar en el aeropuerto con tal motivo.

La mano incorrupta de Santa Teresa, una reliquia que Franco hizo suya durante 40 años / Henar de Pedro
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Una noticia aparecía en distintos medios en estos días, Se buscan monjas para no cerrar el convento de Ronda que custodia la mano incorrupta de Santa Teresa. Y es que en el convento quedan cuatro monjas, -una con con alzhéimer- y el Vaticano para no cerrar exige seis como mínimo. Y, ¿por qué la posibilidad de que se cierre un convento es noticia? La respuesta está en la reliquia que guarda el convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda: la mano de Santa Teresa que si el convento acaba siendo cerrado volverá a Castilla y León.

Pero…

¿Cuál fue el recorrido de esta reliquia hasta llegar al convento?

Fuente Chema Lizarralde, 20 minutos

La mano incorrupta de la religiosa Teresa de Jesús, o la poeta Teresa de Ávila, es un relicario del siglo XVII. Se trata de una pieza de plata dorada con incrustaciones de piedras preciosas que contiene su mano. En la base conserva otra reliquia: un fragmento de un escrito o carta con la firma ológrafa de Teresa de Jesús.

El provincial se quedó con el meñique

La santa murió en Alba de Tormes (Salamanca), en octubre de 1582. Diez meses después se exhumaron sus restos. El relato oficial dice que el cuerpo de Teresa apareció incorrupto y flexible. La Iglesia católica, como otras, siempre ha sido partidaria de multiplicar las reliquias, para dar a los fieles objetos reales con los que alimentar su fe. 

Y eso hizo el padre Jerónimo Gracián, provincial de la Orden de las Carmelitas. Le cortó la mano izquierda a su fundadora y se la entregó a las descalzas de San José de Ávila. Después, el propio Gracián la trasladó a las carmelitas del convento de San Alberto de Lisboa. Pero volvió a tierras de Castilla con parte de la santa: se quedó con el dedo meñique.

De Portugal a Málaga

En el siglo XIX, Portugal suprimió a las carmelitas, de modo que la mano pasó al Patriarcado, que a su vez la entregó al nuevo Convento de Carmelitas de Olivais. Pero la suerte de la orden seguía reñida con las tierras lusas: la revolución de 1910 supuso su expulsión del país.

Las carmelitas «portuguesas» se dispersaron en España por varios conventos de carmelitas en España. Uno fue el de Carmelitas Descalzas de Ronda, que, acabaría llevándose el relicario con de Santa Teresa desde el momento de su apertura en 1924.

Pero la mano de la monja abulense demostraba ser tan viajera, tan andariega, como lo fue Teresa en vida. Cuando en 1936 estalló la Guerra Civil, Ronda quedó en zona republicana. El convento fue asaltado por anticlericales que se llevaron el relicario. Tras ser reclamado por las autoridades provinciales, la mano de la santa fue llevada a Málaga. En realidad se lo había quedado el coronel José Villalba Rubio.

40 años junto a la cama de Franco

Los sublevados recuperaron la reliquia y la trasladaron a Valladolid. En la capital castellana fue expuesta en una exposición con otros relicarios y obras de arte del patrimonio religioso. Y allí estaba Franco para llevarse lo suyo. El dictador logró autorización eclesiástica para conservar el relicario en la capilla de su residencia, en el Palacio del Pardo.

Sí, la mano incorrupta de Teresa permaneció cuarenta años junto a la cama del Generalísimo. Cuentan que Franco la consideraba un tesoro de guerra y hasta un amuleto. La mano de la religiosa, santa y poeta acompañó al dictador hasta su muerte.

Pocas semanas después del entierro de Franco, el relicario regresó a Ronda. En el convento entró el 14 de diciembre de 1975. Claro que regresó distinto. Por voluntad de la familia del Generalísimo (no sé sabe si por deseo de éste) ahora traía engastado en el puño, en la parte del dorso, la insignia de la Laureada de San Fernando. Esa era la condecoración de oro y brillantes que Franco llevaba a diario en la solapa de su guerrera.

Desde aquel día de 1975, y ya son casi 50 años, la mano izquierda incorrupta de Santa Teresa de Jesús ha sido custodiada por las hermanas del convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda. 

Pero hay más…

Sepulcro de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes, iglesia de la Anunciación del convento de las Carmelitas descalzas
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Una mano, un brazo y más reliquias de la santa

Como ya señalamos, Teresa de Jesús falleció un 4 de octubre de 1582 en Alba de Tormes, y fue enterrada en la iglesia de la Anunciación del convento de Carmelitas descalzas de Alba de Tormes al día siguiente, 15 de octubre. Nueve meses después, la tumba se abrió debido a que parte de ella había cedido, y se descubrió que el cuerpo de Teresa de Jesús permanecía incorrupto (fue entonces cuando padre Jerónimo Gracián le cortó la mano izquierda y la llevó a las madres carmelitas del convento de San José de Ávila, pero se guardó el dedo meñique para él).

Teresa fue convenientemente troceada y repartida. En Roma se encuentra el pie derecho y la mandíbula. Hay reliquias de dientes y muelas en Toledo, Santiago de Compostela y Puebla (México). Las carmelitas de Madrid y Valladolid tienen un pedacito de carne con forma de corazón. Además, de la mano derecha se cortaron varios dedos, que fueron repartidos por París, Roma, Ávila, Sevilla y Bruselas (allí también se encuentra una de las clavículas).

Y además de la mano incorrupta la del convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda que Franco tuvo 40 años junto a su cama, hay también un brazo, igualmente incorrupto, que se conserva en el Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora de Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes, donde la santa andariega vivió los últimos quince días de su existencia. Allí también conservan su corazón.

En Más que murallas aparece una relación de lugares donde se hallan esas y otras reliquias de Teresa de Jesús:

– Tráquea, en Nápoles
– Mano derecha, en el convento de Carmelitas descalzas de Lisboa
– Ojo izquierdo y mano izquierda, en Ronda
– Pie derecho, en el convento de Santa María della Scala (Roma)
– Parte de la mandíbula superior, fragmentos del cráneo y algunos dientes, en San Pancracio (Roma)
– Clavícula derecha y uno de sus dedos, en Bruselas (Bélgica)
– Clavícula izquierda, en el convento de San José de Ávila
– Dedo meñique de la mano izquierda: Iglesia-convento de la Santa (Ávila)
– Una costilla en el Desierto de Sant Angelo (Lombardía)
– Dedos, en París (Nuestra Señora de Loreto), Sanlúcar de Barrameda, Roma (Convento de Medina Coeli), Sevilla, Gante, Amberes.
– Muelas, dientes y uñas, en Toledo, Santiago de Compostela, Puebla (Méjico), Milán, Nápoles Malagón.
– Trozos de carne, en los conventos de Carmelitas descalzas de Madrid, Valladolid, Malagón, Salamanca, Segovia. Beas de Segura, Villanueva de la Jara, catedral de Nápoles, basílica de Santa María la Mayor de Roma.
– Trozos de huesos, en los conventos de carmelitas descalzas de Palencia y Sevilla.
– Finalmente, en Alba de Tormes, sus reliquias más preciadas: brazo izquierdo, corazón y lo que queda de su cuerpo desmembrado

Recoge, además, una anécdota: Como curiosidad, cuando el brazo incorrupto de Alba de Tormes fue llevado de visita a Nueva York por las monjas de la congregación, tuvo problemas al pasar la aduana y finalmente fue declarado como «salazones y pesca salada«.

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