miércoles, 10 de julio de 2024

EL GOL DE LAMINE YAMAL CONTRA LA EXTREMA DERECHA



Félix Población

Es muy posible que los respectivos cabecillas de los dos partidos de extrema derecha se hayan levantado ayer de sus asientos para celebrar patrióticamente el magnífico gol que un adolescente de la selección española de fútbol, hijo de un marroquí y una ecuatoguineana, marcó a la selección francesa para iniciar el camino de la victoria en la semifinales de la Eurocopa. 

En ese momento, el goleador sería un sobresaliente futbolista español y no uno de los 5.000 niños y adolescentes que, como Lamine Yamal, son hijos de la desgracia de tener que abandonar sus países para buscarse la vida  y están acogidos en 80 centros de Canarias. 

El líder de uno de esos partidos ha anunciado que romperá los gobiernos autonómicos de coalición con el Partido Popular si éste accede a que 347 de esos menores se repartan por el resto de comunidades autónomas y se reforme la ley de extranjería al objeto de que ese reparto se haga de modo recurrente y obligatorio. 

Considera el torácico Abascal que eso supondría repartir la criminalidad por España, porque para este individuo todos estos menores son potenciales delincuentes, sin que al hacer semejante declaración tenga en cuenta que la tasa de criminalidad en nuestro país no sólo no es alta, 48,6 por 100.000 habitantes, sino que ha descendido con relación a la de hace veinte años, 49,6 por 100.000 habitantes. 

Tanto Lamine Yamal como su compañero de selección Nico Williams son hijos de esa numerosa diáspora de la desesperación que movió a sus padres a jugarse la vida por ganarse la vida en nuestro país. El resultado lo estamos comprobando mientras contemplamos el mayor espectáculo de masas de nuestro tiempo. Las cualidades de estos dos jóvenes futbolistas y la belleza que dan a esa deporte por su forma de jugar, vienen a coincidir con la derrota en Francia de esa misma extrema derecha que allí piensa lo mismo que la española. 

Creo que tanto Lamine como Nico, igual que algunos de sus compañeros afrodescendientes en la selección francesa, le están diciendo a Europa lo que los votos de la segunda vuelta de las elecciones legislativas dijeron en el vecino país: No pasarán*. Para eso hay que ser conscientes del riesgo y las consecuencias de su retorno.

*Me lo acaba de decir Santana: Lamine Yamal celebra sus goles haciendo el código postal (304) del barrio obrero de Rocafonda, en Mataró, en el que ha crecido. La ultraderecha de VOX llama "estercolero multicultural" a este barrio.

DdA, XX/5.702

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