Quiso y logró Marcello Mastroianni hacer de su última interpretación una joya, en el film dirigido por Roberto Faenza sobre el libro homónimo de Antonio Tabucchi, y ahí quedó como una página más del mejor cine, que a pesar de los años transcurridos, casi treinta, este Lazarillo recuerda especialmente. Dados los tiempos que corren, posiblemente inimaginables hace tres décadas, me parece oportuno y necesario volver a ver esta película, cuya historia transcurre en el Portugal de 1938. El protagonista, Pereira, es el redactor jefe de la sección de cultura del periódico vespertino Lisboa. Una guerra civil se ha desatado en la vecina España, con la posibilidad de que los sublevados venzan, mientras los fascistas controlan el poder en Portugal. Sin embargo, la única preocupación de Pereira es su trabajo como redactor de biografías de escritores célebres y traductor de novelas francesas. De forma consciente y un tanto escéptica, ignora todo lo que sucede en su tiempo. Hasta que contrata como ayudante a Monteiro Rossi, un joven idealista que está enamorado de una militante comunista. Poco a poco, Pereira se irá implicando para prestar ayuda a la pareja cuando acaben metidos en líos por sus actividades subversivas. Al final, el solitario periodista tendrá que salir de su burbuja y posicionarse ante la tensa situación en la que se encuentra el mundo en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
DdA, XX/5.687
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