Ante lo que comenta mi estimado profesor David Rivas, y habiéndosele pasado a este Lazarillo las repudiables declaraciones del cabecilla de la extrema derecha en España, heredera de la que impuso una dictadura de cuarenta años en la que su anciano caudillo mató hasta meses antes de su defunción, creo que Feijoo, más que tener en lo porvenir el papel histórico de dar entrada al neofascismo, ya se lo ganó dándole entrada en el pasado reciente con el pacto de su partido con Vox para gobernar en Castilla y León. ¿Cómo puede volver Abascal a la dialéctica del fundador de fascismo español, la de los puños y las pistolas, después de que varias generaciones quedaran marcadas por lo que Paul Preston llama el Holocausto Español? Dice Rivas que, como pasó en los años treinta, el neofascismo será otra vez la corriente dominante de la derecha. Debo negarme a creer en la nueva catástrofe, por reiterada. Preferiría estar ausente si se diera el caso de que la humanidad tropezara por segunda vez en semejante horror:
Abascal dice al gobierno que los va "a tener enfrente, físicamente si es necesario". La dialéctica de "los puños y las pistolas" de la Falange de los años treinta, cuando también decían que las urnas estaban para romperlas. Ni los más duros herederos del anarquismo de aquellos años emplean esa terminología, y mucho menos se dedicarían al enfrentamiento físico y a la agresión. Pues estos tipos gobiernan en varias comunidades autónomas y en decenas de municipios, eso sí, con el Partido Popular. Núñez Feijoo, que se acaba de manifestar como un antieuropeo en esta campaña electoral, sólo va tener el papel histórico de dar entrada al neofascismo, que acabará siendo la corriente dominante en la derecha, como el fascismo lo hizo en los años treinta. El militar Xosé Fortes, gallego y de la vieja UMD, lo decía claramente en una entrevista de hace unos días: "Feijoo es un ignorante en política".
DdA, XX/5.673
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