lunes, 24 de junio de 2024

¿CÓMO PUEDE DARSE UNA TELEVISÓN PÚBLICA TAN DELEZNABLE?


Félix Población

No es que uno sea seguidor de los telediarios que ofrecen los canales públicos y privados. Más bien soy reacio, por prescripción deontológica, a ese tipo de informativos que parecen dirigidos, todos sin excepción, por un mismo equipo de redactores-jefe. Esto no siempre fue igual porque uno recuerda algún breve periodo en el pasado en que los telediarios eran presentados por periodistas profesionales con carisma que hacían de sus espacios lo que se llama programas de autor, con una personalidad, un estilo y un contenido que los hacían diferentes, más interesantes y, sobre todo, más amenos para el respetable. Hoy en día, este tipo de informativos se caracterizan por la monotonía, el tedio y la uniformidad en la elección de noticias, casi siempre la mismas en los distintos canales, hasta el punto de coincidir incluso en el orden en que se emiten. Además, especialmente en nuestra televisión pública, los presentadores ofrecen una presencia tan distante y poco creíble con relación a lo que cuentan que los telediarios se convierten en auténticos tediarios por el tedio que transmiten con el modo de dar las informaciones. Nada digamos si estos informativos son los de fin de semana, cuando apenas existen noticias de carácter político y hay que recurrir a mansalva, como ayer, de modo tan exhaustivo que superaba el hartazgo, a las hogueras de San Juan hasta querer hacer de ellas un espectáculo de masas. Qué asquito de periodismo audiovisual el que se prodiga en España. Creo que nunca como ahora ha llegado a ser tan infecto. Algunos recordarán aquello de que con la televisiones privadas se iba a garantizar en nuestro país la libertad de expresión, cuando lo que se está garantizando es su uniformidad informativa y recreativa al más bajo rasero. Uno se pregunta si aún se puede caer en algo peor, con las programaciones generales al uso -mucho más deplorables en nuestra televisión pública-, y me temo que la respuesta sigue siendo afirmativa. Personalmente nunca habría imaginado, allá en la extinta dictadura cuando era posible ver teatro en TVE, un televisión pública tan deleznable en un país democrático, con tan pocos programas de excepción como algunos de La Dos.

DdA, XX/5.688

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