Lazarillo
Supongo, aunque hace toda una vida que no veo a mi estimado Bernardo Pérez Tovar, fotógrafo del diario El País desde sus orígenes -cuando nos conocimos en una revista llamada Personas, precedente de Interviú-, que cuando Bernardo escribe para su fotografía un pie tal que Eurovisión levantando pasiones en el bar del barrio, lo hace de coña, si bien la portada digital de su periódico concedió a la reciente edición de Eso espacio de preferencia este domingo. Durante semanas se no ha venido insistiendo a base de publicidad y propaganda en la televisión pública y otros medios sobre este festival y la horrorosa canción y puesta en escena de la participación española, similar en ruido y cutrerío a la de otros países. También se ha hablado, pero menos, de la polémica suscitada con la participación de Israel, un Estado genocida en activo mientras se le celebra en Eurovisión. Por esto último, sobre todo, creo que Bernardo aplica la ironía a su pie, dado también que la instantánea en blanco y negro invita más a la repulsión que a la pasión por algo cada vez más vomitivo. Al menos, para este Lazarillo. ¿Llegará el día en que este festival/basura se extinga o lo cierren por repulsión?
LA VIDA SIGUE IGUAL
Félix Maraña
El espectáculo de esperpento y deterioro que supone la llamada canción de Eurovisión, prueba la falta de dirección de una TVE cuya única ilusión es parecerse a Telecinco. Nos han metido ese ruido en todos los lugares, cuando es un exabrupto hortera y vulgar. Vi el final del final del las votaciones. Y sentí mucho que la española no hubiera ocupado el último puesto. Se lo merecía. Entre Julio Iglesias y Chikilicuatre, podrían encontrar cantantes que canten. Los hay. Para más inri, el público español votó por Israel. Espantoso.
DdA, XX/5.641
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