Félix Población
Este fin de semana se inicia en Zamora el Primer Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes Taurinos (así, con mayúsculas), al que asistirán este tipo de profesionales procedentes del ámbito español e iberoamericano en donde se mantiene la tortura y muerte de un animal en un coso, entre acordes musicales, pitos y aplausos de ese remanente de público que le queda a la tauromaquia para justificar su mantenimiento y ser considerado en nuestro país bien de interés cultural, gobierne quien gobierne. Es de esperar que este encuentro en Zamora no cuente con la presencia del ministro de Cultura, señor Urtasun, que de repudiar la tauromaquia ha pasado a distinguir a los ganaderos de más trapío que la nutren, según acaba de ocurrir en Cádiz con los hermanos Miura.
El encuentro de capellanes taurinos lo ha convocado la Delegación Episcopal de Patrimonio del Obispado de Zamora y la Asociación Internacional de Tauromaquia, al objeto de "impulsar la figura del capellán y su importante cometido en la fiesta de los toros a lo largo de la historia". Contará con la presencia de un cardenal, el arzobispo de Caracas Baltazar Porras, y con la presidencia de honor de la infanta Elena, que la ha aceptado gustosa, siguiendo la tradición borbónica que tan bien ejemplificara su antecesor el rey Fernando VII.
Aparte de los organizadores, el encuentro contará con el respaldo de la Diputación Provincial de Zamora, Caja Rural de Zamora, Ayuntamiento de Toro, la Ganadería de Villalpando y la Junta de Castilla y León, siempre solícita ante eventos de tal naturaleza cultural, para mayor honra y orgullo de la ciudad elegida para su celebración, a la que aparte de su despoblación creciente junto a la de las otras dos provincias del viejo reino de León (León y Salamanca) le tocan este tipo de convocatorias, tan dinámicas y tan pujantes para su desarrollo y porvenir.
DdA, XX/5604
1 comentario:
Dice Valentín Martín: En mi pueblo no tenemos cura, a veces viene un joven del Congo con contrato eventual. No sé si somos menos rentables que los toreros porque casarse no se casa nadie pero morirnos sí, nos morimos muchas veces mucho lo mismo que Ángel González por su cumpleaños. Protesto por la discriminación entre taurinos y campesinos. Y ya de paso, protesto también por el cierre de la taberna. Un pueblo sin cura ni taberna va camino de volver al carburo.
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