EL EJEMPLO DE LA ROJA FEMENINA FRENTE AL DE LA FEDERACIÓN DE FÚTBOL

Lazarillo

Aunque a los medios de información al uso se le llenen los programas hablando la finalísima copera del día de la fecha entre dos clubs de varones, fomentando un caldo de expectación que haga más justificada la excesiva dedicación mediática, lo que ayer importó a quienes disfrutamos una vez más del partido fue la selección española de mujeres, dando un recital -como se dice en estos casos- ante la selección belga. Cierto, el adversario era manifiestamente inferior, pero eso no quita para que, personalmente, repita que hay en el fútbol femenino más autenticidad, espontaneidad, juego limpio y capacidad de conjunto que en el masculino. Todo se andará lo del virtuosismo porque esto acaba como quien dice de empezar y nos puede deparar muchas y gratas sorpresas. De momento, la modestia, alegría, carencia de protagonismo y deportividad en el juego está con este grupo de mujeres que no conoce el desmayo por más asegurada que esté la victoria. Son una delicia y me parece que tienen la suficiente personalidad y madurez como para no defraudar ni como deportistas ni como personas. Su ejemplo contrasta con el de esa Federación Española de Fútbol que apesta a corruptelas varias.

DdA, XX/5605