Félix Población
Volvemos a tener rifirrafes sobre corrupción en el Congreso, como en los mejores tiempos de este reino en declive, con un exjefe del Estado huido para no manchar de cerca a su heredero inviolable en el trono. Mientras, FACUA denuncia a Renfe por los continuos retrasos y cancelaciones que sufre la línea de alta velocidad que une Asturias con Madrid a menos velocidad de la que pregona. La causa está, según esta asociación, en el deficiente mantenimiento de los trenes. Las averías que sufren los convoyes no dejan de afectar a los viajeros de continuo en una línea recién estrenada. Si esto pasa en alta velocidad, lo que ocurre con el ferrocarril de vía estrecha que comunica Gijón con Ribadeo lo ha resumido con sus piernas un experimentado ciclista que acaba de hacer ese trayecto en poco más de cuatro horas y media, algo en lo que el tren invierte entre cuatro horas y media y más de seis. El recorrido más largo entre Ferrol y Oviedo en este mismo tren de ancho métrico, con múltiples paradas, se completa en casi siete horas, más cerca del siglo XIX que del XXI. Nadie utiliza este medio de transporte, lógicamente, para realizar un trayecto que rememora el pasado de nuestros abuelos. Si acaso, el tren se utiliza para trayectos muy cortos y para recados ocasionales. Son continuas las quejas por parte de los usuarios, centralizadas en buena parte en la Plataforma en Defensa del Tren. Por no tener, en muchos viajes de proximidad se carece de revisores. Es, como señalaron hasta la saciedad los alcaldes de la zona norte, «la pescadilla que se muerde la cola; no hay viajeros porque el tren no resulta útil y Renfe no refuerza las líneas porque no hay viajeros». Mientras, en Madrid, los políticos del bipartidismo turnante vuelven a dirimir lastimosamente, tal como solían, quién o quiénes roban más sirviéndose de la política, nutriendo más o menos según tendencia ideológica las informaciones y opiniones de los medios, aquellos que tan activos se mostraron en difamar al partido que no robaba.
DdA, XX/5585
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