viernes, 29 de marzo de 2024

SEPAN, DE PARTE DE ANSON, QUE PABLO IGLESIAS FUE UN POLÍTICO EJEMPLAR

Félix Población

La publicación por segunda vez -la primera fue en El Imparcial- por parte del mismo firmante, Luis María Anson, director que fue de ABC y fundador del diario La Razón, de un artículo en este último periódico en el que elogia la honradez e inteligencia de Pablo Iglesias, debería servir de reconstituyente ético para que quienes, desde el mismo ideario del anciano periodista, acosaron, difamaron y trataron de denigrar la personalidad de uno de los fundadores de Podemos, sintieran un poco de vergüenza por haber contribuido a que la vida política, sin él, haya perdido el interés y la dignidad que le dio la participación activa de Iglesias en los debates parlamentarios. Me consta que es mucho pedirles a quienes de modo tan artero, sucio y repugnante todavía mantienen su inquina contra la persona del político que ha mostrado y sigue mostrando con su trayectoria personal y cívica lo inmerecido que es para este país contar con líderes de su altura moral e intelectual. Anson lo sabe y lo dice. Otros lo saben y no dejan de escupir veneno cada vez que teclean o mencionan el nombre de quien levantó las más reconfortantes expectativas de transformación social en las últimas décadas. Acaba de irse de los escaños, como quien dice, y no han dejado de echarlo de menos muchos de los millones de  personas que un día votaron al partido político que lideró y sobre el que no dejaron de disparar sus adversarios con todo tipo de infamias. El resultado ya lo estamos viendo: vuelven las corrupciones bipartitas y a la izquierda del PSOE cada vez resta más el anunciado sumando, como cabía esperar de quienes lo fundaron a base de romper con las raíces de una ciudadanía indignada, a la que, como mejor anhelo para la vitalidad de este país, habría que desear que lo volviera a estar.

  
Luis María Anson

Se podrá coincidir con Pablo Iglesias; se podrá discrepar de él y, en sustanciales aspectos, yo me encuentro lejos del líder de Podemos. Pero la objetividad exige reconocer sus cualidades. Hay que ser muy mezquino para negar esas virtudes o para reírse de algunas de sus acciones. Cánovas del Castillo escribió que «la capacidad para elogiar al que discrepa engrandece la vida política y cultural».

Pablo Iglesias pasó de una manifestación callejera a cosechar cinco millones y medio de votos en las elecciones generales. A pesar de que aceptó no incorporarse al Gobierno, Pedro Sánchez prefirió convocar nueva jornada electoral, abominando públicamente de Pablo Iglesias. Tras las elecciones del 10 de noviembre de 2019, tuvo que rendirse a la realidad. El dirigente podemita se incorporó al Gobierno como vicepresidente, respaldado por cuatro ministras y ministros por él nombrados. Convocadas elecciones autonómicas en Madrid, las encuestas reducían a cero los siete diputados con los que contaba Podemos en la Asamblea madrileña. Desembarcó Pablo Iglesias del Gobierno, asumió la responsabilidad directa de las elecciones autonómicas y consiguió diez diputados. En lugar de lanzar las campanas al vuelo, como Gabilondo fue derrotado por Isabel Díaz Ayuso y la izquierda no pudo formar Gobierno, Pablo Iglesias decidió retirarse.

Desechó entonces las puertas giratorias. Pudo convertirse en presidente del Museo del Prado o de Renfe, o bien consejero de una gran empresa pública, pero dio una magistral lección de honradez y coherencia, regresando a la Universidad como profesor y a La Tuerca, su programa de televisión. Había soportado una estólida campaña sectaria que convirtió en mansión un chalecito de clase media a 50 kilómetros de Madrid.

Y ahora, este político ejemplar, en lugar de montar un holding empresarial, en lugar de presidir Paradores, por ejemplo, ha decidido inaugurar una taberna en Lavapiés con el fin de organizar en ella actos culturales y presentación de libros. Baltasar del Alcázar, cuando Cervantes era un niño, escribió: «Por nuestro señor, que es mina la taberna de Alcocer; grande consuelo es tener la taberna por vecina. Si es o no invención moderna vive Dios que no lo sé, pero delicada fue la invención de la taberna». Le deseo, en fin, a Pablo Iglesias mucha suerte, tras reconocerlo como político ejemplar.

DdA, XX/5598

No hay comentarios:

Publicar un comentario