PEPA FLORES, A CAL Y CANTO

Félix Población

En el Festival de Cine de Málaga está siendo noticia el documental Marisol, llámame Pepa, dirigido por Blanca Torres, que ha sido estrenado allí. Como la protagonistas del mismo hace muchos años que cerró su vida a los ojos del respetable, recluida en su intimidad, yo no sé lo que puede aportar esa película aparte de lo que ya sabemos. Todo lo que se pueda decir de Pepa Flores, incluso por parte de sus más próximos familiares, no será nunca comparable a lo que pueda contar ella misma. Desconozco si eso ocurrirá alguna vez a modo de memorias, algo que quizá podría tentar a quien durante más de media vida se ha refugiado en un silencio a cal y canto. No lo creo, aunque quizá fuese necesario. Marisol vivió tres vidas y creo que con la que más satisfecha está es con la que vive. En la primera, la de su niñez y adolescencia, hicieron de ella un producto comercial exitoso del cine de la dictadura. En la segunda, como militante comunista, se irguió como mujer, actriz y cantante comprometida personal y profesionalmente con el socialismo, sin merecer que este país fuera capaz de asomarla desnuda a la portada de un revista sin su consentimiento y los columnistas más afamados del momento vertieran casposos comentarios machistas. Pepa Flores cree que tiene motivos sobrados para proteger su silencio en esta su tercera vida y dar la espalda a todo aquello que pretenda interrumpir su exilio interior. Incluido el documental que acaba de estrenarse en su tierra y que pretende dar de ella la imagen más próxima a su biografía. Las intenciones de su directora quedan claras en sus propias palabras: "Ser un mito no se elige. Es la mirada de los otros lo que convierte a algunas personas en un espejo en el que mirarse. Y eso es para mí es Marisol Pepa Flores. Un mito que me ha ayudado a entender de dónde vengo, y cuál fue el pasado de las mujeres que me precedieron". La vida de la protagonista de este documental bien merecería que la contara y reflexionara quien ha querido desde hace muchos años habitar en el olvido, pero quizá su largo silencio sea la mejor y más expresiva respuesta. Puede que Pepa Flores a cal y canto diga mucho más.

DdA, XX/5576